Tuesday, September 22, 2015

capitulo 51

-Estoy de acuerdo -sonrió Lali.
El primer beso la hizo estremecer hasta lo más profundo de su ser. El sabor de su boca la hizo jadear. Peter la atrajo hacia sí y pudo sentir su erección.
Él recorrió con sus labios la suave piel de su cuello hasta llegar a sus pechos. Jugueteó con sus pezones hasta que los hizo endurecerse.
-Es hora de que dejes de ser tímida y aprendas a darme lo que me gusta -dijo Peter y la guió hasta el centro de su excitación.
Lali acarició su pene y se estremeció. El olor de su piel era un gran afrodisíaco para ella. Estaba deseando satisfacerlo. Peter la besó apasionadamente. Buscó entre sus muslos y palpó su húmedo calor. Ella se arqueó y levantó las caderas. Su cuerpo ardía en deseos de entregarse al placer.
-Peter...
Con destreza, Peter se puso sobre ella y la penetró. Lo deseaba desesperadamente y se entregó al ritmo que marcaban sus embestidas. El placer que experimentó fue en aumento hasta que se hizo incontrolable. Se sentía llena de felicidad y de amor. Lo abrazó con fuerza y besó su cuello.
-Espero haberte satisfecho, yineka mou -susurró Peter y se quedó fijamente observándola.
-No hay nadie con quien te pueda comparar. Todo en ti es maravilloso.
-Nunca podrás compararme con nadie en la cama. ¿Te molesta eso?
Lali se sentía feliz abrazada a él.
-No, ¿por qué? -preguntó Lali inocentemente-. De hecho, estoy segura de que acabaré enamorándome locamente de ti.
Peter se puso serio y la miró con ojos brillantes.
-No es necesario que haya amor para que el sexo sea bueno. Lo descubrí cuando era un adolescente. La chica con la que salía invitó a su mejor amiga a compartir la cama con nosotros.
Lali se quedó sorprendida.
-¿Por qué?
-Pensó que me podía aburrir de ella y decidió sorprenderme. Fue muy clara. No pretendía enamorarse de mí, tan sólo disfrutar de nuestra relación. Tampoco espero que tú lo hagas.
Luego, cuando Peter se hubo dormido, Lali siguió pensando en aquellas palabras. Se sentía herida. No estaba dispuesta' a confesarle lo mucho que lo quería. Aunque se había casado con ella, era evidente que había levantado una barrera emocional entre ellos. Había hablado con gran frialdad y aquello la molestaba.
Por la mañana cuando se despertó estaba sola en la cama. A su lado, sobre una almohada, había una rosa blanca y una caja de una conocida joyería. Corrió las cortinas y abrió el paquete. Dentro encontró un collar de perlas. Se lo puso alrededor del cuello y descubrió que tenía un colgante en forma de flor compuesto por diamantes.
-¡Oh! -exclamó Lali sorprendida.

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