Tuesday, September 22, 2015

capitulo 55

-Me temo que ha sido ella la que le ha contado a la prensa lo de Mariano y el secuestro. También les habrá hablado del embarazo. Sólo Paula sabía el daño que con ello podía causar.
Si Peter había tratado de tranquilizarla con aquellas palabras, lo había conseguido. Lali dejó de sentirse culpable. ¿Habría hablado Paula con la prensa para estropearles el día de su boda?
Lali suspiró. Se detuvo a analizar todo lo que Peter le acababa de revelar. Parecía que le había dicho a Paula la verdad: que tenía que casarse con ella porque estaba embarazada y no porque estuviera enamorado.
-Tenemos toda la vida por delante, yineka mou -dijo dirigiéndole una intensa mirada-. Y lo que es más importante, a nuestro hijo.
-¿De verdad deseas a este niño?
-Por supuesto. Y no me importa si es niño o niña -dijo con una sonrisa irresistible.
Aquello confortó a Lali. Ella tampoco tenía preferencia por que fuera niño o niña. Apenas había tenido tiempo de pensar en el bebé: primero las preocupaciones sobre si estaba embarazada o no y, luego, cuando se confirmó el embarazo, la tensión por la boda. Se había sentido culpable de que Peter hubiera decidido casarse con ella a pesar de que no la amara.
Peter recibió un par de llamadas telefónicas nada más aterrizar con su avión privado en Atenas.
-Vamos a mi casa. Te la enseñaré y después me pasaré por la oficina, yineka mou -dijo Peter una vez estuvieron en la limusina.
-Muy bien -dijo Lali. En el fondo estaba asustada de quedarse a solas en una casa extraña en un país al que acababa de llegar.
-Como habrás podido imaginar, ahora mismo no tengo tiempo para la luna de miel.
-Tampoco hablamos nunca de hacer un viaje -dijo Lali, tratando de disimular su decepción. Se sintió como una estúpida por haber imaginado que Peter le dedicaría unos días a ella antes de volver al trabajo.
-Te prometo que te llevaré a algún sitio especial tan pronto como pueda -dijo Cristos sin poder dejar de mirarla-. Gracias por ser tan comprensiva.
-Sí...
Después de unos segundos, Peter la abrazó con ternura. Lali sintió que se derretía. Aun así, estaba convencida de que, si se hubiera casado con Paula, sí hubiera encontrado tiempo para la luna de miel. Trató de ignorar aquellos pensamientos.
La gran mansión al borde del mar dejó a Lali sin aliento. Sabía que la casa sería grande, pero no esperaba que fuera una mansión histórica, rodeada de un denso bosque y que tuviera una playa privada. Una veintena de personas que componían el servicio estaban junto a la puerta principal esperando para darles la bienvenida.

1 comment: