Sunday, September 27, 2015

capitulo 38

Le estaba hablando con tanto cariño y su mirada era tan amable que Lali se abrazó a él y se puso a llorar desesperadamente.
Pablo dejó que se desahogara a gusto, abrazándola y acariciándole la espalda y, cuando por fin Lali decidió que se había desahogado, le dio un pañuelo para que se secara las lágrimas.
—Gracias —le dijo Lali.
—¿Qué te pasa?
—No debería contártelo porque es tu hermano. Debe de ser que estoy muy nerviosa por la boda.
—Obviamente, mi hermano ha hecho algo.
—Más bien, todo lo contrario —contestó Lali jugando nerviosa con el pañuelo—. Desde que me pidió que me casara con él, no ha hecho absolutamente nada. Es como si no quisiera casarse. No está interesado en absoluto en los preparativos de la ceremonia ni en nuestro futuro ni en esta fiesta que tu madre ha organizado con toda su ilusión —le explicó Lali—. Yo creía que estar comprometida con él, que casarme con tu hermano me iba a hacer feliz, pero ahora preferiría que hubiéramos seguido acostándonos simplemente.
Pablo la miró con los ojos como platos, pero Lali ignoró su reacción. Por lo visto, Peter no era el único que creía que era una virgen inocente.
—Mira, lo que pasa es que mi hermano es tonto. El primer error que cometió fue casarse con Suzanne cuando era obvio que aquello iba a ser un desastre. Su segundo error fue lamentarse tanto cuando lo abandonó y el tercer error... —la consoló Pablo apartándole un rizo de la cara y sonriendo con cariño—. Su tercer error, el peor de todos, es hacerte llorar a ti cuando debería estar abrazándote y diciéndote lo mucho que te quiere.
Al oír aquellas palabras, Lali se emocionó y volvió a llorar de nuevo, así que Pablo la tomó otra vez entre sus brazos.
—Shh, no pasa nada —le dijo—. Peter no quiere hacerte daño, pero está muy confundido. Ya sabes como es entendía perfectamente aquellas palabras, pero eso no significaba que hicieran que se sintiera mejor. El miedo a estar comprometida con un hombre que no se quería casar con ella la llenaba de amargura.
En ese momento, oyó que una puerta se abría a sus espaldas y se apresuró a apartarse de Pablo y a limpiarse las lágrimas porque no quería que ningún invitado la viera así, pero, cuando se giró, comprobó que no era un invitado sino Peter, que la estaba mirando muy enfadado.

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