capitulo 44

-Peter nos ha pedido que fuéramos preparando la lista de invitados. Que invitáramos a cuantas personas quisiéramos -dijo Mercedes-. Ya he llamado a media familia para darles la noticia. Quizás una gran boda en la familia haga reaccionar a Nicolas y decida seguir el ejemplo.
-Es un alivio que Nicolas y Gimena se hayan reconciliado -intervino de nuevo su padre-. Gimena podrá ser tu dama de honor.
-No sé si será una buena idea -dijo Mercedes-. Gimena está deseando ser ella la que se case.
Lali trató de poner fin a aquella llamada y por fin lo consiguió no sin antes prometerles que llamaría más tarde.
No podía creer lo que había hecho Peter sin consultarla. Estaba usando a sus padres para presionarla y conseguir que se casara con él. Su madre incluso había comenzado a avisar a la familia de que su hija mayor se casaba.
Lali se levantó y encontró a Peter en el vestidor, hablando por teléfono en griego. Ella le dirigió una mirada desafiante y él colgó.
-¿Cómo has podido contarle todo a mis padres?
-Algún día te darás cuenta de que he hecho lo mejor y me lo agradecerás.
-Te gusta salirte con la tuya.
-Eso es cierto -admitió Peter triunfante.
-Y ahora, ¿cómo les diré a mis padres que no me quiero casar contigo? Especialmente ahora que saben que estoy esperando un hijo -le increpó-. No puedo creer que hayas llamado a mi familia para decirles que nos casamos cuando no es así.
No tenías derecho a hacerlo. Además, está Paula.
-Deja que yo me preocupe de Paula.
-No estoy dispuesta a dejar que otra mujer sufra tanto como yo he sufrido por lo que me hizo Nicolas.
-El bebé es lo primero -dijo tomándola por los hombros-. Preocúpate sólo de eso. Deja de ser tan dura contigo misma, pethi mou. ¿Por qué te enfadas conmigo por algo que ya no podemos evitar? He hablado con tus padres porque quiero que nos casemos enseguida. No veo por qué hay que guardar en secreto nuestra boda, ahora que vamos a tener a nuestro primer hijo.
Lali desvió la mirada. Era evidente que estaba tratando de convencerla de que su futuro comenzaba por celebrar aquel matrimonio. Sintió un nudo en la garganta. En el fondo, deseaba casarse con él.
-Pero, ¿y si te arrepientes?
-Eso nunca -dijo mirándola intensamente a los ojos-. Quiero formar parte de tu vida y de la de nuestro hijo.
-Pero tendrás que serme fiel -dijo Lali acariciando su espalda-. No admito excusas. ¿Podrás soportarlo?
-¿Acaso tengo otra opción? -preguntó Peter, divertido-. Bueno, respóndeme, ¿te quieres casar conmigo?
«Hoy mismo si fuera posible», pensó Lali. Pero en lugar de decir aquellas palabras, asintió tímidamente con la cabeza.