Saturday, September 26, 2015

capitulo 26

Cuando les llevaron la cena, disfrutaron de la pasta y de la salsa mientras charlaban encantados.
—¿Qué tal está tu familia? —le preguntó Lali.
—Muy bien. Mis padres están ocupados con el rancho y yo los ayudo lo que puedo.
—¿Y Pablo?
El hermano pequeño de Peter era cuatro años más joven que él, pero tan guapo y tan encantador. A pesar de que se había criado rodeado de caballos y de vacas y de que conocía los quehaceres del rancho tan bien como Peter, su interés se había decantado por el mundo de los negocios y actualmente se dedicaba a comprar empresas con problemas para sacarlas a flote y darles una segunda oportunidad o para venderlas y sacarles algún beneficio. Por lo que Lali había oído, le iba bastante bien.
—Muy bien. Ya sabes cómo es, trabajando mucho. Por lo que sea, últimamente va mucho por Chicago, pero creo que va a venir por casa muy pronto.
Lali asintió y se limpió la boca antes de darle un trago al té.
—Quiero que sepas que lo que ha sucedido esta noche... bueno, que yo no tenía planeado que sucediera —dijo Peter—. No quería tocarte, pasara lo que pasara, sólo quería salir contigo y pasármelo bien.
—Yo me lo he pasado muy bien —contestó Lali dando buena cuenta de sus espaguetis.
Aquellas palabras hicieron que Peter la mirara con los ojos como platos y la boca abierta, pero la reacción duró apenas unos segundos porque, cuando se dio cuenta, volvió a colocarse la máscara de tenerlo todo bajo control.
Lo cierto era que Peter era el hombre más serio que Lali conocía. Siempre había sido serio, pero no tanto. Por eso, precisamente, le parecía que decirle cosas que lo dejaban anonadado era sumamente divertido.
—Relájate, Peter —rió Lali—. Por favor, te estás comportando como si me hubieras llevado al infierno. Ha sido sexo, sexo del bueno. Me gustaría que dejaras de disculparte porque me estás empezando a acomplejar.
Lali se quedó mirándolo y se dio cuenta de que Peter estaba pensando intensamente.
—¿Qué sugieres que hagamos? ¿Te parece bien que sigamos compartiendo sesiones de sexo increíblemente bueno y que nos veamos a ver qué pasa?
—Sí, me parece una buena idea —contestó Lali sintiendo que se le humedecía la entrepierna.
En aquella ocasión, Peter se molestó en intentar controlar su reacción.
—¿Te has vuelto loca? ¿Cómo te puedes tomar esto tan a la ligera?
—¿Y cómo es posible que tú te lo tomes tan a la tremenda? Nos conocemos de toda la vida. Si hay dos personas sobre la faz de la tierra que deberían estar cómodas en cualquier situación, somos tú y yo. No sé tú, pero yo me lo estoy pasando muy bien. El sexo entre nosotros es maravilloso, muy satisfactorio, y a mí me gusta estar
contigo. Hacía mucho tiempo que no estábamos tanto tiempo juntos, desde antes de que te casaras con Suzanne.

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