Sunday, September 20, 2015

capitulo 32

-Ya lo he arreglado todo y alguien se pondrá en contacto con tu familia para informarles de que estás bien. Mi abuelo se ocupará de organizar todo.
A pesar de que estaba en libertad, Lali estaba triste.
-¿Has averiguado en qué isla hemos estado?
-Se llama Mos -intervino el pescador.
Llegaron a la isla de Sifnos. Peter la dejó sola en el pequeño embarcadero mientras iba a hablar por teléfono. Volvió media hora más tarde con una expresión grave en su rostro.
-¿Qué pasa? ¿Has averiguado algo de los secuestradores? -preguntó Lali desesperada.
Apenas habían pasado unos minutos y ya se sentía fuera de la vida de Peter. El, sin embargo, había regresado a su mundo y a su manera, de hacer las cosas y volvía a ser el hombre arrogante que había conocido, pensó.
-Nada. En breve vendrán a recogernos.
-No tengo el pasaporte aquí conmigo. ¿Cómo voy a regresar a casa?
-Ya han informado a tu embajada. Ellos se ocuparán de arreglar lo que haga falta.
-¿Crees que la policía nos interrogará acerca de lo que ha pasado?
Peter se encogió de hombros. No sabía qué decir. Todavía no había asimilado lo que su abuelo le acababa de decir por teléfono: Mariano, su primo, era el responsable de su secuestro. Se sentía avergonzado de que un miembro de su propia familia lo hubiera organizado todo.
Cinco días antes, Mariano, Joe Tyler y otros dos hombres habían fallecido en un accidente de helicóptero cuando regresaban de Mos. Decidió no contarle la verdad a Lali ni a nadie más. Lo único que conseguiría sería perjudicar el buen nombre de los Lanzani.
-Tengo que decirte algo -dijo Peter y suspiró-. Voy a casarme. Mi prometida me espera en Atenas, así que viajaremos por separado.
Aquellas palabras fueron como un jarro de agua fría para Lali. Eso lo cambiaba todo.
Lali se alejó unos pasos y se quedó con la mirada fija en el horizonte.
-Me has mentido -dijo ella tras unos minutos en silencio.
-No, no lo he hecho.
-Te pregunté si había alguien en tu vida y me dijiste que no -le recordó, tratando de mantener la calma. Evitó llorar para que él no se percatara del daño que le había hecho.
-Fui sincero. A Paula no le importa si le soy infiel, pero tengo que ser discreto -dijo y, tras unos minutos en silencio, añadió-. Quiero que seas parte de mi vida. Lali soltó una irónica carcajada. Trató de contener sus sentimientos; no estaba dispuesta a romper en lágrimas delante de él.
-Estás de broma, ¿verdad?
-No quiero perderte, pethi mou -dijo Peter muy serio-. Nada es como a uno le gustaría que fuese. Pero podemos seguir viéndonos.
-¿Crees que estoy dispuesta a compartirte con otra mujer? -dijo Lali. Sus ojos brillaban con furia-. Anda y piérdete Peter.

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