Wednesday, September 23, 2015

capitulo 64

-Si Peter quiere el divorcio, es él el que me lo tiene que pedir -dijo Lali levantando la barbilla.
-Ahora mismo siente lástima por usted. Acaba de perder el bebé -dijo Paula fríamente-. Ya le ha hecho pagar suficiente por el embarazo.
Paula no era una buena persona, pensó Lali. Se preguntó si Peter conocería esa faceta. Quizás estuviera tan enamorado de ella, que ni siquiera se había dado cuenta.
Pero en el fondo Lali estaba triste. Sabía que Peter sentía lástima por ella y, aunque lo deseara, no le pediría el divorcio en su estado hasta pasado un tiempo. Además, Peter había vivido un infierno desde que se había casado con ella, tanto en sus relaciones personales como en los negocios.
-¿No tiene nada que decir?
-Todo lo que quiero es que Peter sea feliz -murmuró Lali. Se había quedado sin palabras.
-Será feliz conmigo. Él me quiere -dijo Paula orgullosa.
-Y a pesar de eso, ¿no le importa que le fuera infiel?
-¿Por qué me iba a importar que se divirtiera con una cualquiera como usted? -dijo con mirada desafiante y abrió la puerta-. Ya es hora de que desaparezca de nuestras vidas.
Lali había tomado una decisión. Si Peter amaba a Paula, tenía todo el derecho del mundo a estar con aquella mujer y tenía que dejarlo ir y continuar con su vida.
-Quiero volver a Londres a pasar unos días -le dijo a Peter aquella tarde cuando fue a visitarla.
-No creo que sea una buena idea. Ahora necesitas descansar.
-Puedo descansar en Londres. Quiero ir a ver a mi familia.
-Entonces, iremos los dos.
-Prefiero ir sola.
-Sólo llevamos unas semanas casados.
-Y han sido muy movidas -señaló Lali.
Peter miró distraídamente por la ventana y Lali vio cómo cerraba los puños con fuerza.
-Quiero que sigamos juntos y que nuestro matrimonio funcione. Si quieres, podemos hacer un viaje a cualquier lugar del mundo que quieras, yineka mou -dijo Peter. Lali sintió un nudo en la garganta y evitó que su mirada se cruzara con la de él-. Está bien. Ve a Inglaterra y quédate en nuestra casa de campo.
-Está bien.
-Así estarás bien atendida y yo me quedaré más tranquilo. Me tienes que prometer que volverás a Grecia.
-Claro que sí -dijo Lali. Se imaginó regresando para poner fin a su matrimonio.
-Te doy dos semanas.
-Necesito un mes.
-Eso es mucho tiempo.

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