Monday, September 21, 2015

capitulo 48

Lali se quedó pálida. Con su ausencia, Alejo daba a entender que no aprobaba aquella boda. Se sintió dolida. Sabía que Peter quería mucho a su abuelo. El corazón se le encogió. Aquello no era un buen comienzo para su matrimonio. Más tarde, después del banquete, Peter la llevó al centro de la pista de baile.
-No te preocupes por Alejo -dijo Peter como si hubiese leído su pensamiento-.
Es una persona mayor, además de muy cabezota. Con el tiempo se le pasará.
-Él prefería que te hubieras casado con Paula, ¿verdad? -preguntó Lali.
-No es tan fácil. Un compromiso es algo muy serio, especialmente en Grecia.
Cuando rompí el mío con Paula, Alejo se llevó un gran disgusto.
-Y seguro que me culpa a mí de ello.
-No había otra solución, seamos realistas. Toda decisión conlleva unas consecuencias.
Lali estaba contrariada. No quería hablar de las consecuencias de la ruptura del compromiso de Peter con Paula. Quizás, él estuviera enamorado todavía de aquella mujer.
-Espero que la decisión haya sido la correcta y que dentro de un año no te arrepientas.
-Dentro de un año, tendré a mi hijo en brazos. Nunca me arrepiento de nada y nunca lo haré. No busques problemas donde no los hay.
Era un buen consejo, pero difícil de seguir. Si al menos él la amase, todo sería más fácil. Había cumplido su promesa y se había casado con ella. Había roto su compromiso con la mujer con la que iba a casarse y ahora su abuelo estaba enfadado con él.
Parecía que él único que estaba pagando por las consecuencias de su decisión era él. Lali no quería que el hecho de haberse convertido en su esposa fuera causa de sufrimiento para Peter. Lo amaba.
Estaba anocheciendo cuando Peter le anunció que debían irse. Lali subió a la habitación del hotel para, cambiarse. Estaba emocionada preguntándose dónde la llevaría de luna de miel. Se puso un traje de chaqueta azul y salió de la habitación. En el pasillo se encontró con Nicolas.
-¿Puedo hablar contigo? -le preguntó él.
-Está bien, pero apenas tengo tiempo.
-No sé si has notado que Gimena está muy triste. Todo es culpa mía. No me he portado bien con ella -le confesó-. Cuanto más me decía que nos casáramos, más me asustaba. Pero he decidido que ya es momento de hacerla feliz. Le he comprado un anillo.
-¡Qué alegría, Nicolas! -dijo Lali con lágrimas de emoción en los ojos-. Asegúrate de que preparas bien la ocasión. Ya sabes que le gusta que todo sea perfecto. Llévatela a cenar -Lali lo abrazó.- Y prométeme una cosa. Dile que la quieres. Ahora tengo que
bajar.

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