Había pensado en hacerla suya allí mismo, en la moqueta, o en el sofá. Pero era el cumpleaños de Lali, y se merecía algún detalle.
—Ven —le dijo Peter, llevándola a su dormitorio.
Lali no miró su apartamento mientras lo atravesaban. No dejó de fijar sus ojos en él. Y él le acarició los nudillos de la mano mientras la llevaba.
Era una intimidad desconocida para él. Por alguna razón, aquella noche quería hacer las cosas despacio.
Cuando llegaron a su dormitorio, Peter esperó su reacción.
—Nunca había visto una cama tan grande.
—Te gustará —respondió él. Se encargaría de que así fuera, pensó.
Lali se quedó quieta en medio de la habitación, mirando la cama como si fuera a morderla.
—No estés nerviosa, Lali. Iremos despacio… Ella pestañeó. Luego lo miró.
—No estoy nerviosa. Sólo… Que no sé por dónde empezar.
Peter se puso frente a ella y le agarró los hombros, y se los acarició suavemente.
—¿Por qué no empezamos con otro beso? El otro ha estado muy bien, ¿no crees? —dijo Peter con una sonrisa pícara. Y ella lo recompensó con un estremecimiento de sus labios.
Peter bajó la cabeza y rozó sus labios con su boca. Luego dejó que su lengua los dibujara. Entonces notó que Lali se relajaba con un suspiro. Ella se apoyó en él, rozándole el brazo con sus uñas.
Abrió los labios y se abandonó totalmente al beso, mordiendo, succionando, explorando, excitándolo más y más.
Y si antes había tenido alguna duda de hacer el amor a Lali, ahora no tenía ninguna. Ella estaba apretada contra él, besándolo muy apasionadamente como para que él pudiera resistirse a participar.
Peter se movió mientras la besaba, y la dejó de espaldas a la cama. Ella sintió el borde de la cama detrás de sus rodillas. Entonces Peter la hizo sentarse encima de la colcha de seda. Luego se sentó a su lado. Lali lo miró y él vio el deseo en sus ojos.
Aquella mujer provocaba en él cosas que nadie había provocado antes. Le aceleraba el corazón. Hacía que su sangre engrosase sus venas. Lo llevaba a una excitación casi dolorosa.
Esperaba que provocase el mismo efecto en ella. Por la expresión de su cara, le parecía que sí. Pero el vestido negro que llevaba no dejaba ver ninguna otra reacción física.
Maasss👏🏻👏🏻
ReplyDeleteseguilaaaa
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