La siguiente parada fue una boutique tan sofisticada, tan grande y con tanto estilo que, cuanto más entraban, más trataba Lali de esconderse tras Peter, avergonzada de su humilde atuendo.
—
¿Qué papel te gustaría representar aquí? ¿El de la hija de un
millonario excéntrico? ¿Un miembro de una casa real europea que viaja de incógnito?
—Creo que prefiero ser yo misma, aunque me gustaría que tú te ocuparas de hablar con la dependienta —susurró Lali, al ver que una esbelta mujer se dirigía hacia ellos.
—Lo único que preocupa a todas estas personas es el color de mi dinero —musitó Peter, no sin cierto aire de amargura—. Cuanto más rico eres, más se humillan ante ti estas personas.
—Yo no sé mucho sobre eso, pero espero que no vayas a ser grosero — musitó Lali, muy preocupada.
Inesperadamente, Peter se echó a reír.
La envió sola con la dependienta a la sección de lencería. No prestó atención a los abundantes consejos de la dependienta que trataba de venderle cien artículos de cada prenda, por no hablar de cosas que Lali ni siquiera había sabido que existían. Al final, se decidió simplemente por varios juegos de sujetador y braguitas. Decidió que no necesitaba camisón, dado que había encontrado uno en la bolsa que Ezio le había dado y que le servía muy bien. No era ninguna manirrota. Su conciencia le advirtió que no estaba bien que dejara que Peter se gastara su dinero en ella. Sin embargo, lo estaba haciendo sonreír y bromear. Solo por eso, podría dejar que le comprara cien sacos de abono si era aquello lo que quería.
—Esta es la parte que me gusta más —anunció Peter, cuando Lali volvió a reunirse con él. Estaba sentado sobre un taburete, al lado de un mini bar, en una espaciosa sala que contenía una pequeña pasarela—, ¿Te apetece un poco de champán?
—¿Qué es lo que ocurre ahora? —quiso saber Lali mientras se subía con dificultad a otro taburete y aceptaba la copa que él le ofrecía.
—Las modelos muestran las creaciones. Nosotros elegimos lo que nos gusta y entonces tú te lo pruebas.
—Veo que ya has hecho esto antes —dijo ella.
Descubrió que no le gustaba la idea de que hubiera hecho aquello mismo con otras mujeres.
—Pero nunca sin que me lo pidan o me engañen para que lo haga —confesó
Peter, tristemente.
mas nove ♥
ReplyDeleteOtrooo
ReplyDelete