Monday, November 2, 2015

capitulo 57

-Entiendo bien eso, pero creo que ha llegado el momento de que te diga lo que realmente ocurrió... Quiero decir, por qué terminé con Grant. Mis abuelos escribieron a su representante y me enviaron a él. No le quedó más remedio que aceptar responsabilizarse de mí. Bueno, nunca me escapé. Me ordenaron ir y también no volver.
Peter la escuchaba interesado.
-Pero, ¿por qué? ¿Por qué lo hicieron?
A Lali se le inundaron los ojos de lágrimas.
-Te mentí, Peter. ¿No lo entiendes? Te mentí cuando te dije que no estaba... embarazada-siguió un tenso silencio; luego prosiguió-: No sabía qué hacer ni a quién recurrir. Fingí que no me estaba ocurriendo a mí, pero luego no pude seguir mintiendo.
Peter la abrazó.
-¡Oh Dios! ¿Por qué no podemos hacer retroceder el tiempo? -le acarició el cabello hasta que ella se calmó-. ¿Por qué continuaste protegiéndome? Me mentiste, cierto, pero yo debí haber comprendido que lo hacías. No eras más que una niña y debiste enfrentarte a todo sola... -Jamás deseé nada con tanta intensidad como ese hijo -confesó conmocionada-. Cuando lo perdí no lo quise aceptar.
-Lo sé, lo sé -musitó emocionado-. Estabas esperando a mi hijo y yo debí haber estado contigo. Eso nunca me lo perdonaré.
-Pero no tuviste la culpa...
-Iba a casarme contigo al terminar los estudios. Todo lo tenía previsto. Jamás imaginé un futuro sin ti.
-No, por favor. Hablé con tu madre y sé por qué me trataste así.
-Todo lo nuestro se vino abajo de la noche a la mañana. Mi madre lo mató. ¿Sabes por qué le creí? Porque estábamos muy cerca el uno del otro. No acudí a mi padre... Esa es la razón de que me casara con Paula. Utilizándola como escudo, pensé que podría seguir viéndote como una amiga...
Ella se estremeció, herida por la amargura que entrañaban sus últimas palabras.
-Como era de esperar, el matrimonio fue un desastre. Tú habías desaparecido y yo estaba muy preocupado. Cuando me enteré de toda la verdad, me sentí desolado, engañado. A Paula nunca le mentí, nunca fingí que la quería. La verdad es que se merecía un mejor destino.
-Éramos muy jóvenes. Probablemente no habría funcionado -expresó ella.
-Pero nuestro amor era tan grande que pudo haberlo salvado todo. No recuerdo ni un solo instante en que no te haya amado. Aun cuando no podía estar cerca de ti y aun cuando los celos me roían, puse mi corazón a tus pies desde el primer día... -¿Por qué no me dijiste lo que hizo tu madre? -preguntó frustrada.
-Al principio pensé que me estaba poniendo en ridículo. Tú no querías saber nada de mí. Y entonces, aquel día en la granja recordé cómo me había sentido esa noche y quise decírtelo.
-Pero te interrumpí. Estaba asustada.
-Eso nos iguala -contestó Peter-. Pero cuando entré contigo en la iglesia, jamás pensé que pudiera haber algo que nos separara de nuevo.
-Y yo permití que Grant se interpusiera entre nosotros. Supuse que mientras pensaras que alguien estaba interesado en mí, más me querrías. Me aterraba la idea de perderte.
-Lali... -le reprochó con dolor-. Nunca me perdiste, ni una sola vez en todos estos años. No tenía ningún derecho a sentir celos, pero el solo pensamiento de imaginarte con otro hombre me enloquecía. Ya no insistiré más. No te estoy preguntando nada. -Nunca hubo otro hombre, Peter. Siempre te he amado y siempre lo haré.
Con hambre de pasión, él se apoderó de sus labios. Luego le abrio la bata y empezó a acariciarla. A su vez, ella le desabrochó la camisa, buscando ansiosa el contacto de su piel.
Con un gemido de frustración, Peter levantó la cabeza.
-Si no dejas de hacer lo que estás haciendo no me podré controlar.
-Que deje de hacer, ¿qué?
Peter interceptó la mano que se deslizaba más abajo de su cintura.
-Podrías empezar exactamente en el mismo sitio en que te quedaste hace un rato -le dijo con firmeza-. El año pasado, cuando cumplí treinta años, heredé la fortuna de mi abuela. Mi padre había sido un gran problema para ella, de modo que antes de morir lo borró de su testamento y me nombró su heredero. Entonces yo era un niño, y ella dejó una cláusula según la cual no podría disponer de un solo céntimo antes de cumplir los treinta años. -Tu padre debió ponerse furioso.

1 comment: