Thursday, November 19, 2015

capitulo 74

LLEVAS mucho rato muy callada, Lali —le dijo Peter cuando estuvieron en la limusina que fue a recogerlos al aeropuerto para llevarlos a la casa de la ciudad—. ¿Te encuentras bien?
—Sí —respondió ella, sin querer dar más detalles de lo que le ocurría.
De todos modos no podía, ya que Sarah y Tomas estaban con ellos en aquellos momentos.
Además, Lali no sabía lo que le diría a Peter cuando consiguiera estar con él a solas. Se sentía furiosa porque, sin previo aviso, lo que ella creía ser un matrimonio feliz se había roto en pedazos, aunque había sabido desde un principio que su relación no se apoyaba sobre cimientos muy sólidos.
Tras leer los hechos de su relación con Candela en las revistas, no le quedaba mucho que pensar. Peter se había acostado con ella a los pocos días de romper con una de las mujeres más bellas del mundo. Candela se asemejaba mucho más que a la sofisticación, al físico de Peter. De hecho, aquel era el tipo de mujer que uno hubiera elegido para Peter. El sentido común le hacía creer que Peter se había casado con ella de rebote, y aquella afirmación no suponía muy buenas noticias. Tal vez Peter había estado confuso cuando se metió en la cama con ella aquella noche y, desde luego, no se había parado a pensar las consecuencias de sus actos cuando le pidió que se casara con ella. Entonces, recordó las enigmáticas palabras de Ezio cuando le había dicho que su jefe no era él mismo en aquellos instantes. Después de todo, Peter debía de haber estado con Candela durante bastante tiempo y romper con ella le había resultado con toda seguridad muy traumático. A eso se debía su mal humor de entonces, la necesidad de distraerse y su repentina atracción por una castaña incapaz de ocultar la profunda atracción que sentía por él. Lali llegó a la conclusión de que, en circunstancias normales, Peter ni se habría dado cuenta de que existía.
—Tengo que volver al aeropuerto dentro de un par de horas —anunció Peter, mientras entraban en la casa—. Voy a darme una ducha.
La niñera le impidió ir tras él, ya que quería concretar una semanas de vacaciones que quería tomarse. Lali accedió a que Sarah se marchara aquella misma tarde. Entonces, rápidamente, fue en busca de Peter.
Él estaba en el dormitorio, medio desnudo. Al contemplar aquel magnífico espectáculo, Lali sintió que se le secaba la boca, como siempre, pero decidió permanecer junto a la puerta. A pesar de que lo amaba más de lo que podría amar a otro hombre, estaba segura de que el propio Peter le
debería haber dado la información que ella había leído en las revistas.

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