capitulo 72 y 73

—Eres tan sensual... Desgraciadamente, tendré que alejarme de ti unos
días,
cara mía...
Creo que me estás convirtiendo en un adicto al sexo. Ciertamente, no pasó mucho tiempo antes de que Peter la volviera a
tumbar en la cama y la penetrara rápidamente y sin ceremonia alguna, provocándole un placer tan profundo que le hizo lanzar un gemido de gozo.
Peter empezó a moverse dentro de ella, provocándole un intenso placer que la envió a un fuerte orgasmo mientras susurraba el nombre de Peter.
—El sexo contigo es... sensacional —susurró Peter, cuando descansaba el uno en brazos del otro.
—Me alegro...
—Ahora, duérmete. Tenemos que madrugar mucho mañana por la mañana.
Al día siguiente, durante el vuelo, Peter estuvo trabajando con su ordenador. Aburrida de las películas, fue a ver a su hijo, pero lo encontró durmiendo en brazos de la niñera. Tras contemplarlos durante unos minutos con una sonrisa en los labios, volvió a la cabina principal y trató de entretenerse con unas revistas.
Hojeó las páginas de moda y llegó a la conclusión de que, en aquellos momentos, podía permitirse cualquier cosa que quisiera por cortesía de su atractivo marido. Una de las páginas, presentaba a una hermosa rubia que estaba presentado lo último en ropa de sport. Era Candela Veltrano, la modelo que se había hecho famosa anunciando coches de lujo en televisión. Siguió contemplando el resto de las fotografías sobre la rubia modelo, pero al girar la página se encontró con un rostro mucho más familiar.
El multimillonario y magnate de los negocios, Peter Lanzani, acompañó a su prometida al festival de Cannes.
El pulso empezó a latirle con más fuerza. Lali leyó aquella línea una y otra vez y contempló la foto que presentaba a Peter y a Candela juntos. Estaba atónita, mucho más de lo que lo había estado en mucho tiempo. ¿Peter había estado comprometido con Candela vetrano?
Candela... por supuesto.
Aquella mujer era rubia y muy hermosa. Tenía una fantástica figura, que en la fotografía iba embutida en un vestido color cereza con una raja en el muslo, tan estrecho que solo había habido una mujer entre un millón que hubiera sido capaz de ponerse aquel atuendo. Unas piernas interminables completaban un físico espectacular.
Aquella revelación explotó como una bomba ante los ojos de Lali. Empezó a leer el artículo y, al girar otra de las páginas, vio a Candela sentada en un sofá que estaba en la casa que Peter tenía en Londres. Entonces, recordó cómo había posado para él la primera vez que su marido le compró ropa. Inmediatamente, se sintió humillada más allá de lo que hubiera
creído posible.
Al comprobar la fecha de la revista, se dio cuenta de que no era tan antigua. Solo seis semanas antes, Peter había estado comprometido con otra mujer y había estado preparado una boda con ella para el verano. Como un sabueso, Lali comenzó a buscar más información. Sin embargo, cuando encontró el último capítulo de aquella historia, deseó no haberlo averiguado nunca.
La revista anunciaba la repentina ruptura de la pareja. El número solo había salido a la venta una semana después de que Lali conociera a Peter. También presentaba una pequeña y granulosa fotografía para ilustrar el tema de su boda con Peter. El artículo también especulaba sobre su identidad. Allí estaba Lali, en los escalones de la iglesia, con unos enormes y asustados ojos, aferrada a Peter con una clara falta de glamour. La melena rizaba volaba al viento, lo que le daba un aspecto horripilante. De hecho, parecía la novia de Frankenstein...