Thursday, December 10, 2015
capitulo 41
Aquello no formaba parte de los planes de Lali, pero parecía que estaba
teniendo un efecto positivo. Lali esperaba que Peter no se diera cuenta, o
tendría que tragarse su orgullo y decirle que tenía razón.
La canción terminó y dejaron de moverse, pero en vez de soltarla, Peter la
retuvo un rato más entre sus brazos, mirándola a los ojos hasta que Lali sintió la
boca seca y toda una bandada de mariposas revoloteando en su estómago. El pecho
le oprimía tanto que no podía tomar aire profundamente y la cabeza empezó a darle
vueltas.
Por un momento, pensó que iba a besarla. Justo allí, en medio de aquel salón
abarrotado.
Y le disgustó profundamente darse cuenta de que ella lo esperaba con la boca
entreabierta, expectante. Deseosa, incluso.
Sin apartar los ojos de los de ella, se inclinó levemente hasta que ésta pudo
sentir el cálido aliento haciéndole cosquillas en el rostro.
—No puedo besarte aquí y ahora como me gustaría, pero te prometo que lo
arreglaré antes de que acabe la noche —dijo, inundándola con su voz susurrante y
cautivadora.
Le soltó entonces la cintura y sonrió, hizo otra pequeña inclinación y, girándose
sobre sus talones, se apartó de ella, como si no acabara de ponerle todos los nervios
de punta con sus palabras.
Lo siguió con la mirada mientras trataba de recuperar el control de sus sentidos.
Y de sus piernas, que parecían incapaces de moverse, por mucho que su cerebro les
ordenara que lo hicieran.
No fue capaz de hacerlo hasta que notó que la gente empezaba a mirarla y,
finalmente, rompió el hechizo que Peter parecía haberle lanzado.
Se dirigió con paso mesurado a la mesa de refrescos. Se sirvió una copa de
ponche y bebió lentamente.
Aquello pintaba muy, pero que muy mal. La estaba desgastando poco a poco,
minando una a una sus defensas.
Y se temía que no iba a ser capaz de seguir evitándolo mucho más tiempo.
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