-Me encantan tus ojos -se oyó decir a sí misma.
-Solías decirme eso cuando estabas enferma -sonrió él.
Lali prácticamente salió corriendo por el pasillo y subió a su habitación para lavarse las manos.
-Eres muy, tímida, querida -escuchó la voz- de Peter tras ella-. Ahora me doy cuenta de que eres muy mala actriz. Me decía a mí mismo que te estabas haciendo la ingenua, pero lo eres de verdad. Me he equivocado tanto contigo... Deberías haberme enviado al infierno.
-Yo no quería hacer eso.
-Eras virgen...
Lali apartó la mirada, avergonzada.
-Sí.
-Si lo hubiera sabido, habría esperado hasta nuestra noche de boda. -Peter, es mejor que no hablemos de ello.
-Ha sido culpa mía. Fui demasiado orgulloso como para aceptar que podía estar enamorado de una mujer que era lo opuesto a mi ideal confesó Peter.
-¿Enamorado? -repitió ella, incrédula.
-Por eso fui a buscarte a la iglesia. Cuando me di cuenta de que podía perderte, eso era lo único que me importaba. No que te hubieras acostado con otro hombre, ni siquiera el hijo que esperabas... yo sólo quería que fueras mía.
-Oh, Peter -murmuró Lali, con los ojos llenos de lágrimas-. No puedo creer que me quieras...
-¿No lo sabías? -sonrió él-. Estaba tan furioso contigo que casi permito que mi orgullo nos destroce a los dos.
-Tenías razón para estar furioso...
-Quería castigarte por haberme engañado. Y, sin embargo, cada vez que pensaba en ti, sabía en mi corazón que eras una mujer sincera.
-Peter... yo también te quiero -murmuró Lali, emocionada.
Peter la miró entonces con una mirada nueva, una mirada llena de ternura que encogió el corazón de Lali. No dijo nada. No hacía falta decir nada. Joaquín la tomó entre sus brazos y la besó con una pasión que la dejó sin aliento.
Después, le quitó el vestido de novia a toda prisa y se desnudó frente a Lali, clavando en ella sus ojos verdes enfebrecidos. Se amaron con pasión y con ternura y más tarde, Lali reconoció que nunca se había sentido más feliz en toda su vida. Y esa sensación aumentaba al saber que Peter sentía exactamente lo mismo.
-Hay algo que debo decirte. Yo le daré personalmente el dinero a Nicolas, pero él no sabrá nunca que no se lo ha devuelto tu hermana.
Lali se quedó desconcertada.
-Rama discutió conmigo, pero he insistido en que eso sería mi regalo de boda para ellos.
-Pero, ¿por qué?
-Ahora sé que tanto Nicolas como Marianela -fueron víctimas. Si Pablo no hubiera muerto, nada de esto habría ocurrido -suspiró Peter-. Pero Pablo estaba usando mi habitación en el hotel cuando conoció a tu hermana y se hizo pasar por un rico hacendado para impresionar a Marianela -añadió.
Lali asintió. Todo el mundo cometía errores, - pensó. Y aquel había podido solucionarse al fin.
-No me parece buena idea que Rama y Marianela empiecen su vida de casados con una deuda tan grande.
Masss
ReplyDeleteotroo
ReplyDeletequiero mas
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