Friday, December 11, 2015
capitulo 56
—Cualquier cosa que se les ocurra. Su deseo más íntimo, siempre y cuando sea
factible. En mi país, esta organización se ocupa, por ejemplo, de hacer que los niños
conozcan a su personaje famoso favorito, o de que pasen un día entero en un parque
de atracciones, alquilado sólo para ellos y sus amigos, paseos en globo o aprender a
pilotar un avión. Cosas que los niños siempre han querido hacer, pero que nunca
podrán debido a su enfermedad.Peter le sonrió.
—Supongo que podría ocuparme de ello.
—Entonces ¿lo tomarás en consideración? —Lali se inclinó hacia delante
entusiasmada—. Se trata de algo más complejo que la simple organización de un acto
para recaudar fondos. Se necesitará una oficina desde la que trabajar, empleados,
enormes inversiones en publicidad a nivel nacional y posiblemente internacional, y
hasta es posible que ruedas de prensa. Y la organización requerirá un soporte
continuado, cuando yo regrese a Estados Unidos.
Le pareció ver algo en el rostro de Peter que delataba cierto malestar, al
mencionar su partida de Glendovia, pero fue sólo un instante.
—Es un esfuerzo muy loable —dijo él, cambiando levemente de postura, de
manera que pudiera apoyar nuevamente los codos en la mesa—. Una buena causa y
algo que reforzaría la reputación de Glendovia y la estima de sus habitantes. Tendré
que someterlo a la opinión del resto de la familia, por supuesto, pero yo estoy a favor
de emprender el proyecto.
—Excelente —dijo ella, sonriendo ampliamente, complacida de haber
encontrado en Peter un aliado en un proyecto, con el que había empezado a
apasionarse.
—Sólo falta poco más de una semana para que te vayas —observó él, de manera
cortante.
Apretó los labios formando una delgada línea, como si le resultara un hecho
particularmente desagradable. Aquello le provocó a Lali una sensación de
malestar en el estómago, prueba de que a ella tampoco le gustaba la idea.
Cuando llegó a Glendovia y descubrió quién era en realidad el príncipe Peter, amenazó con darse media vuelta y volver a Texas, aunque eso significara
incumplir el contrato que había firmado con la casa real. Pero ahora que llevaba allí
un tiempo y se había metido de lleno en el trabajo, estaba disfrutando realmente con
su estancia. Disfrutando con el palacio y también con el país y su gente.
Echaba mucho de menos a su familia y tenía ganas de volver a Texas para
verlos, pero ya no estaba deseando que llegara el momento de marcharse, como le
ocurriera un par de semanas atrás.
—¿Crees que te dará tiempo a establecer la organización y prepararlo todo para
que otros puedan retomar tu labor cuando te marches? —preguntó Peter.
—Sí.
—¿A pesar de lo cerca que están las fiestas?
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