Sunday, December 13, 2015
capitulo 68
Aun así, el interés de la prensa le pareció de lo más extraño, puesto que había
sido un viaje de trabajo y el palacio ya había enviado un comunicado explicando los
planes del príncipe. Pero apartó sus recelos y se relajó en el cómodo sillón de cuero
del coche.
A su llegada al palacio, la reina los estaba esperando en el vestíbulo. Tenía el
rostro congestionado y los labios apretados en una línea que evidenciaba su enojo.
Pese a no elevar la voz, era patente la desaprobación en su tono.
—A la biblioteca —espetó—. Ahora mismo.
Peter y Lali intercambiaron una mirada de incomprensión, al tiempo que
echaban a andar lentamente tras los pasos furiosos de la reina.
Una vez dentro de la biblioteca y con la puerta cerrada, Emilia se giró. Se
dirigió a ambos y los señaló con un periódico en sus manos temblorosas.
—¿Qué significa esto? —exigió saber.
Tenía los dientes apretados.
Lali estaba completamente inmóvil, aturdida ante el evidente disgusto de la
reina, aun sin saber cuál era la causa. Por mucho que lo intentara, no comprendía lo
que decía el titular que la reina blandía delante de ambos. Peter pareció no inmutarse ante el mal humor de su madre, cuando tomó el
periódico. Ocupando casi toda la parte superior de la portada, podía verse un primer
plano de Lali y él. Estaban en el balcón de la suite del hotel, unidos en un abrazo
que no dejaba lugar a dudas.
La foto sólo podía haber sido tomada en un momento que salieron a tomar el
aire después de haber hecho el amor, y terminaron besándose apasionadamente y
entrando en el dormitorio para hacerlo otra vez.
Lali se puso como un tomate tanto por el recuerdo como por el hecho de
que alguien hubiera sacado fotos de un momento tan íntimo.
Encima de la foto, podía leerse un titular escrito con letra negrita para que
saltara más a la vista, que se refería a ella como la fulana americana del príncipe
Peter. Lali sintió ganas de vomitar.
Peter soltó una grosera imprecación entre dientes y bajó el periódico.
Todavía temblando de ira, la reina dijo:
—Tú y tu pequeña… americana estáis en la primera página de todos los
periódicos de Glendovia. Te lo advertí,Peter. Te advertí que no te relacionaras con
ella, que sólo nos haría pasar vergüenza y bochorno.
La nauseabunda sensación de Lali se intensificó. Había ido a Glendovia
huyendo de un escándalo y había terminado sumida en otro.
Y éste era aún peor, porque era cierto. Con Benjamin no había tenido una
aventura, tal como había afirmado la prensa de su país, pero con Peter sí se había
acostado.
—Madre —dijo Peter con un gruñido de advertencia, la mandíbula apretada.
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