Sunday, December 13, 2015
capitulo 72
Las luces estaban encendidas y oía ruido proveniente del dormitorio, pero
había algo que no encajaba.
—¿Lali? —llamó dirigiéndose al dormitorio.
Abrió la puerta y no tardó en darse cuenta de que la cama no tenía sábanas y
que faltaban todos los artículos personales de Lali, objetos que había visto en la
habitación la primera noche que pasaron juntos. Un segundo después, una criada
apareció en la puerta del cuarto de baño y dio un grito de sorpresa.
—Alteza —dijo, inclinando la cabeza.
—¿Dónde está la señorita Esposito? —preguntó, el ceño fruncido en señal de
consternación.
—Lo siento, señor, pero se ha ido. Justo antes de que empezara la fiesta.
—¿Que se ha ido? —repitió él, sintiendo como si la tierra se hundiera bajo sus
pies.
—Sí, señor. Me parece que dejó algo para usted. Lo tiene Delores. ¿Quiere que
vaya a buscarla?
—Sí, gracias. Que vaya a verme a mi despacho, ¿quieres?
—Sí, alteza.
La criada pasó junto a Peter y salió de la habitación. Este también abandonó
la habitación, aunque a un paso mucho más lento. Tomó una escalera trasera que
conducía al primer piso y se dirigió a su despacho. Al cabo de diez minutos, apareció
Delores. Llevaba un taco de expedientes en los brazos.
—La señorita Esposito dejó esto para usted, señor —dijo, entregándole los
papeles por encima de la mesa.
Él le dio las gracias, y esperó a que se hubiera marchado para abrir la nota. Era
una carta desprovista de emoción, en la que se limitaba a explicarle que no podía
quedarse más tiempo, a pesar de lo que estipulaba el contrato, ahora que sabía que
estaba prometido y que se habían hecho públicas las fotos. Vio que todos los
expedientes tenían que ver con la fundación Soñar es Posible.
Debería haber imaginado que Lali no se iría sin asegurarse, personalmente,
de que él recibiera toda la información detallada del proyecto, de modo que la
fundación pudiera constituirse según lo planeado.
El problema era que no se había imaginado que Lali se iría. Que no lo haría
sin hablar antes con él, sin dejarle que se explicara.
Debería haberle hablado de Paula desde el principio. Debería haberle dicho
que esa boda había sido acordada por sus padres, pero que él no había tenido nada
que ver en la decisión. Que aunque estaba prometido, no habían tenido ningún tipo
de relación física.
Su madre y Paula se alegrarían mucho, cuando se enteraran de que Lali se
había ido. Sin ella en Glendovia, el escándalo de su aventura se disiparía
rápidamente, y la vida continuaría. También los planes de la boda.Ojalá pudiera sentir lo mismo. Pero en vez de eso, lo único que deseaba era salir
corriendo al aeropuerto y seguir a Lali a Texas.
Si le hubiera dado la oportunidad de explicarse.
Suspiró arrepentido y arrugó la nota.
Era mejor así se dijo, mientras salía del despacho y se dirigía a sus habitaciones
en la segunda planta. Ahora que Lali se había ido, las cosas volverían a la
normalidad. Podría ocuparse de sus asuntos, sin pasarse el día pensando en hacerle
el amor una vez más.
Sí, era mejor así. Para todos.
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