Monday, April 27, 2015

capitulo 48

Lali se giró para mirarlo. De él emanaba un aura de tranquilidad asombrosa. Su padre la soltó y se dirigió hacia él. Sabiendo lo violento que podía llegar a ponerse, temía que le diera un puñetazo a Peter si ella no intervenía.
-¡Aparta! -le gritó Nicolas-. ¡Déjame!
-No necesito tu protección, Lali -dijo Peter.
-Se viene a casa conmigo. ¡Puedes quedarte con la niña!
-Me... me quedo aquí -dijo Lali, que no tenía fuerza para oponerse a su padre-. No puedo evitar que pienses lo que piensas, pero quiero decirte que nada de lo que has dicho es verdad.
-No te molestes, cariño -dijo Peter, y se acercó a ellos, atrayendo a Lali hacia sí, con sus poderosos brazos. Lali se estremeció ante la intimidad del contacto y abrió mucho los ojos, preguntándose qué diablos se propondría.
Nicolas, furioso al ver la intimidad del gesto, se puso hecho una furia.
-¡Ha estado con Candela en Londres! -exclamó-. ¡Y esta mañana la ha dejado en casa! ¿Te da eso algo en qué pensar, estúpida?
-¿En Londres con Candela? -repitió Lali con incredulidad y miró a Peter-. ¿Esta... estabas con Candela?
Retrocediendo un paso, Nicolas dirigió a Peter una mirada triunfante. A Lali le palpitaba el corazón, y Peter no la miraba, aunque tampoco negaba la acusación. Se le hizo un nudo en la garganta, sorprendida, atónita, deseando con toda su alma que Peter le dijera que lo que había oído no era verdad.
No podía haber estado con Candela... no podía. Hacía pocas horas le había dicho que la deseaba. Además, odiaba a
Candela... tenía que odiarla por lo que le había hecho.
Indiferente a la presencia de su padre, trató de repetir la pregunta.
-¿Has estado... estado con...? -dijo, y fue incapaz de seguir.
Su padre hizo una mueca de repulsión, la misma que siempre hacía ante el tartamudeo de su hija.
-¿Qué hombre va a querer vivir contigo si ni siquiera sabes hablar? Pudiendo tener a Candela, sólo un imbécil lo haría.
Peter le golpeó. Nicolas salió despedido hacia atrás, y antes de que pudiera levantarse, Peter le agarró por el cuello y lo sacó de la casa a empujones.
-Acérquese a cien metros de Lali y le mato, Nicolas. Le destruiré. Candela será el menos importante de sus problemas.
Lali estaba temblando y se sentía igual que si estuviera en el interior de una burbuja de cristal. Todo lo que veía ocurría lejos de ella. No podía reaccionar. Lo que su padre había dicho la había dejado sin habla, aunque no alcanzaba a comprender por qué era tan terrible para ella. Candela había estado en Londres con Peter, ¿y qué?, trataba de decirse.
Candela era todo lo que ella no era. Era guapa, ingeniosa y ocurrente, y muy sexy cuando se lo proponía. Pero lo que ella no podía entender era por qué Peter no se lo había dicho en lugar de jugar con ella en el Faisán. Porque decir que quería acostarse con ella sólo podía ser un juego. Sentía dolor en todo el cuerpo, un dolor que no había
sentido nunca.

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