-Los tiempos cambian. Quiero un divorcio rápido y sin complicaciones, para casarme con Peter cuanto antes.
-¿Te ha hablado Peter de matrimonio?
-Todavía, no, pero ya lo hará -dijo Candela, con su habitual seguridad-. Así que imagina lo difícil que sería para mí seguir embarazada de otro hombre.
Lali se dejó caer sobre el borde de la cama. Qué dura era su hermana. Quería conseguir a Peter y nada más le importaba. Si Pablo llegaba a enterarse, se derrumbaría, pero lo peor de todo era que Candela iba a abortar por nada. ¿Cómo podía ella permanecer al margen cuando sabía que Peter sólo actuaba por malicia, que no había ninguna posibilidad de que Peter se casara con su hermana?
-Si estás pensando en decírselo a Peter, lo negaré -dijo Candela-. ¡Y aunque te escuchara, no te creería!
Como eso era lo que Lali pensaba, no dijo nada. ¿Qué podía hacer para convencer a su hermana de que Peter no pensaba casarse con ella? No podía quedarse parada y dejar que Candela abortara. Decidiera lo que decidiera, Candela no podía hacerlo con la falsa premisa de que Peter iba en serio.
Candela se echó a reír.
-Me pregunto si ha oído esos rumores ridículos de que él es el padre de tu niña. Estuve a punto de preguntárselo. Sólo papá podía ser lo bastante tonto como para pensar que Peter podía haberse acostado contigo... Quiero decir, cuándo, dónde, cómo. Pero, claro, papá cree que ninguna mujer entre quince y cincuenta años está segura si Peter está cerca.
Lali se puso tensa, dándose cuenta, de repente, de que había un modo de alejar a Candela de Peter. Si podía convencer a su hermana de que ese ridículo rumor era cierto... Rebuscó en su bolso para extraer una foto de Rosie.
-¿Cuándo? -repitió-. Bueno, fue la noche antes de tu boda. Peter tuvo un accidente en Manor, estaba muy borracho y lo llevé a casa.
Candela fijó sus ojos en ella, con gesto de incredulidad.
-No tiene ninguna gracia...
-No pretendo ser graciosa.
-¡No pienso escuchar tus cuentos chinos! -dijo Candela elevando la voz.
-Ésta es Rosie -dijo Lali entregándole la foto a su hermana, y continuó explicándole los detalles de aquella noche.
-Chocó con su coche... Yendo a la iglesia vi cómo la grúa llevaba su coche -dijo Candela mirando la foto, muy rígida y pálida-. Pero no se acostaría contigo. Dios mío, si acababas de salir del colegio.
-¿Recuerdas cuánto lloraba el día de tu boda? -dijo Lali-. Me tropecé con él... Estaba borracho y cuando quiso ligar conmigo... bueno, me sentí... me sentí halagada.
-No puedo creerlo. ¡No puedo creerlo! -dijo Candela rompiendo la foto en varios trozos.
-Cuando supe que estaba embarazada, me quedé destrozada, pero yo estaba en Londres y sabía que él no estaba interesado -continuó Lali, y su voz temblaba.
No comments:
Post a Comment