Rígida por la tensión, Lali observó cómo su hermana subía al Porsche. ¿Sospecharía la verdad? No, no podía. Candela no tenía una sola prueba en qué basarse. Ni siquiera se le pasaría por la cabeza que Gimena hubiera tenido otro hijo poco antes de morir.Peter volvió después de las cinco, vestido con un traje gris hecho a medida. Se quedó de pie en la cocina, mirándola en silencio durante algunos segundos antes de hablar y esbozando una extraña sonrisa. Entonces Rosie se abalanzó sobre él y Peter la levantó en sus brazos.
-¿Crees que se parece a mí? -preguntó por fin-. No reconozco ninguno de los rasgos de los Lanzani. Es morena, pero no tanto como yo, y tiene la piel pálida, igual que tú.
Lali se mordió el labio y se aclaró la garganta. -Ha venido Candela... -dijo.
-¿De verdad? Espero que no se acostumbre a venir. -Creo que deberías decirle que... fuera cual fuera tu relación con ella, ha terminado.
-Yo no he tenido ninguna relación con ella -dijo Peter.
-Pues díselo -insistió Lali. Sabía que él era la única persona capaz de convencer a Candela de que estaba perdiendo el tiempo.
-Lali, por lo que a mí respecta, Candela no existe -dijo Peter concluyente.
-Candela tiene que saber eso cuanto antes -insistió Lali.
-Lo sabrá cuando nos casemos.
Pero para entonces podría ser demasiado tarde, pensó Lali con frustración. Mientras Candela no aceptara que Peter estaba fuera de su alcance, seguiría adelante con su idea de abortar.
-Pero...
-Pero nada. Si quieres hablar con la zorra de tu hermana, habla. Y, francamente, prefiero que no me recuerdes tus conexiones familiares, cuanto menos sepa de ellas, mejor.
Zanjado el tema, Lali agachó la mirada. Se sentía muy pequeña. Peter examinó el correo y salió hacia su despacho. Poco a poco una sensación de injusticia fue apoderándose de Lali. ¿Cómo se atrevía Peter a criticar sus conexiones familiares cuando sólo debido a esas conexiones él le había dado trabajo? La había empleado sirviéndose de su ignorancia, con el propósito de utilizarlas a ella y a Rosie como armas arrojadizas contra su padre.
¿Estaba, incluso en el momento presente, jugando con ella? ¿Se había negado a decirle a Candela que había terminado con ella porque, secretamente, había decidido continuar engañándola haciéndole concebir falsas esperanzas? ¿Hasta dónde llegaba el deseo de venganza de Peter? ¿Cuánto tiempo habían pasado en Londres? ¿Se había acostado con ella?
Se le hizo un nudo en la garganta y se sintió enferma al imaginar a Candela y a Peter juntos en la misma cama. Peter despreciaba a Candela, pero eso no significaba que no se hubiera acostado con ella. Era un hombre con una sexualidad a flor de piel y
Candela era muy guapa. Sexo sin sentimiento, eso era lo que él quería.
Peter levantó la vista de la carta que estaba leyendo al ver a Lali en la puerta de su despacho.
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