Tuesday, April 28, 2015

capitulo 80

Peter se dio la vuelta y, de repente, sonrió de oreja a oreja.
-¿Sí? -dijo con ironía-. Si pudieras probarme que tu hermana se ha acostado con un equipo entero de fútbol, yo sólo le preguntaría qué tal se lo ha pasado. Estoy locamente enamorado por primera vez en mi vida y nada de lo que puedas decir o hacer va a cambiar eso.
Lali se vio sorprendida cuando Peter la agarró por el hombro.
-¡Sigamos con esto! -le dijo Peter al obispo.
-Pero... no podemos -susurró Lali con incredulidad, mientras Peter la arrastraba hacia el pasillo, sin prestar atención a sus protestas.
La música del órgano alcanzaba su punto culminante. Lali, que no podía olvidar el gesto estupefacto de su hermana. Intentó soltarse, desconcertada ante el extraño comportamiento de Peter. Todo había terminado, se decía, y poco importaba que hubiera sido su hermana y no ella la que anunciara las malas noticias.
-¡Estáte quieta! -le ordenó Peter sacudiéndola con fuerza-. Vamos a seguir adelante, no pienso perderme el gran final.
-¿Qué? -dijo Lali, y se vio silenciada por las atónitas miradas del reverendo Haynes y su esposa. Se habían dado la vuelta para verlos entrar por el pasillo y se
habían dado cuenta de que pasaba algo muy extraño.
El obispo se daba cuenta de lo mismo, pero decidió no prestarle mayor atención.
-Queridos amigos -dijo, comenzando la ceremonia, y a partir de ahí prosiguió con el discurso ininterrumpidamente.
Lali, blanca como la nieve, no dejaba de temblar, pero Peter la sostenía con fuerza. Sus vacilantes respuestas, eran vigiladas estrechamente por la mirada implacable de Peter, y al cabo de no mucho tiempo, todo terminó. El padrino de Peter estaba algo pálido y no dejaba de sudar por la frente. Dijo algo acerca de que el matrimonio era un camino sorteado de dificultades, pero la perseverancia, el compromiso y la mutua tolerancia abrirían un paso en medio de las avalanchas.
-¡Sonríe! -ordenó Peter entre dientes cuando salían de la iglesia.
Lali sonrió temblorosamente. Seguía conmocionada y no podía creer que Peter la hubiera obligado a seguir adelante con la ceremonia, como tampoco podía creer que estuvieran casados. Se vieron rodeados de cámaras. ¿Se había casado para vengarse de Candela, que había desaparecido en cuanto él dijo que la amaba?
¿0 se había casado sólo por orgullo? ¿No se daba cuenta de que, de no llevarse a cabo el matrimonio, era ella la que aparecería como una tonta y no él? La gente se habría reído sin compasión, diciendo que Peter Lanzani no estaba hecho para casarse y que todo el mundo lo sabía.
Peter la condujo a través de la multitud, sonriendo, respondiendo a los saludos,
estrechando manos, poniendo flores en sus manos. Era como formar parte de la realeza. Durante algunos minutos, se vio bañada en la luz dorada de la popularidad de Peter, y luego esa luz se apagó, cuando él cerró la puerta del Ferrari.

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