-Prefiero pagar por los servicios prestados -le había dicho Peter haciéndola sentir como una prostituta-. Así, no hay malos entendidos.
Cuando a media mañana del día siguiente el doctor Lerther recibió aviso de su secretaria de que la señora Lanzani ya había llegado, fue a su encuentro y, al ver a la menuda mujer de pelo rubio y ojos cafe, se dio cuenta de que no era lo que él había esperado. -Intenté llamarle antes de salir de Inglaterra, pero no pude encontrar el número -se excusó nerviosa.
Lali nunca había estado en un hospital tan impresionante y, aunque había tenido que repetir una y otra vez quién era para que la dejaran entrar, nadie le había dado noticias de cómo estaba Peter.
Además, se había sorprendido mucho al comprobar que Julia, la tía de Peter, no la estaba esperando. No le había gustado nada tener que presentarse como la mujer del señor Lanzani, pero no le había quedado más remedio. -¿Qué tal está Peter? -preguntó retorciéndose los dedos.
-Físicamente, sólo tiene un enorme dolor de cabeza y unos cuantos moratones -sonrió el médico-. Sin embargo, su memoria ha sufrido daños.
Lali tomó asiento y lo miró sorprendida.
-¿Su memoria?
-El señor Lanzani se dio un fuerte golpe en la cabeza y estuvo inconsciente varias horas. Después de un golpe así, lo normal es sentirse desorientado durante un tiempo, pero por desgracia en su caso parece que va a ser más largo de lo normal.
-¿Qué quiere decir eso? -preguntó Lali con la boca seca.
-Le hemos hecho unas cuantas pruebas y todas arrojan el mismo resultado: Peter confunde las fechas.
-¿Las fechas?
-Ha olvidado los últimos cinco años de su vida -le informó el médico-. Está perfectamente restablecido y recuerda todo lo demás sin ningún problema, pero esos últimos cinco años están borrados.
-¿Está usted seguro? -preguntó Lali con incredulidad.
-Sí, ni siquiera se acuerda del accidente.
-¿Cómo le ha podido pasar una cosa así? -preguntó Lali preocupada.
-No es raro perder la memoria después de un golpe fuerte en la cabeza. A veces, ni siquiera es necesario un golpe, basta con un trauma emocional o un estrés prolongado
para que se produzca un episodio de amnesia, pero no es el caso de su marido. En cualquier caso, irá recuperando la memoria poco a poco.
-¿Cómo se lo ha tomado?
-Cuando le informamos de que su cabeza omitía cinco años enteros de su vida, se mostró muy sorprendido.
-No me extraña...
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