-Mi madre apenas tenía experiencia, y seguía loca por él -admitió Lali suspirando-. No quiero seguir hablando de ellos.
-Tranquila -dijo Peter con voz ronca, dejando que sus manos se deslizaran por la espalda de ella hasta las curvas de sus caderas, apretándola contra su cuerpo tenso.
-Ahora te toca a ti - musitó Lali con naturalidad, temblando y pensando en apartarse de él, decidiendo hacerlo y descubriendo que era incapaz.
-¿Que me toca a mí? -repitió él con voz espesa.
-Sí, es tu turno -insistió ella.
-Mi padre me dijo que ya era hora de que me casara. Yo le dije que no, que aún no estaba preparado... y él me dijo: «pues no quiero volver a verte ni hablar contigo hasta el día en que lo estés» -recitó Peter de memoria, con énfasis.
Lali levantó la cabeza para mirarlo con el ceño fruncido.
-Ésa es tu forma de decirme que me ocupe de mis propios asuntos, ¿no?
-No.
-¿Quieres decir que tu padre esperaba de verdad que te casaras cuando él quería? -repitió sin ocultar su asombro.
-Mis padres tampoco se conocieron ni se casaron así, sin más, Lali. Se conocían desde la infancia,
crecieron sabiendo lo que se esperaba de ellos y luego, cuando llegó el momento... sus padres se reunieron y fijaron la fecha -terminó Peter en un tono de voz tenso.
-¡Por el amor de Dios, eso es de la Edad Media!
-Para ti quizá, pero mis padres fueron felices - continuó Peter apartándole el pelo de la frente con dedos tiernos, haciéndola temblar y obligándola a estrecharse contra él-. En Grecia el matrimonio sigue siendo un asunto familiar.
-No quiero criticar a tu padre pero... -comenzó a decir Lali vacilando, volviendo el rostro de modo que rozara la palma de la mano de él y comenzando a respirar entrecortadamente-, creo que debería de haberse dado cuenta de que los tiempos han cambiado. Tú eres un hombre hecho y derecho, y él te trató como si fueras...
-Él sabía qué era lo mejor para mí -la interrumpió Peter con voz de seda-. Puede que yo haya sido educado en un colegio inglés, pero soy griego, Lali. El matrimonio es un paso decisivo en la vida. Los ingleses confían en el amor y tienen una tasa de divorcios muy alta...
-Sí, pero...
-En esta vida es más importante escoger a una compañera con inteligencia -afirmó Peter levantándola en brazos y posando su sensual boca
sobre la de ella con hambre, como si estuviera cansado de hablar sobre ese asunto.
Lali sintió que la cabeza le daba vueltas, que el corazón le latía con violencia. Él necesitaba hablar. Aquello no era lo que había planeado. Y desde luego no era lo que se suponía que debía ocurrir entre los dos. En cuestión de segundos se apartaría de él, pararía aquello antes de que fuera irremediable. Sin embargo sus brazos habían rodeado a Peter por el cuello y sus dedos se enredaban en el sedoso cabello. Una nube de debilidad la envolvió de tal modo que cuando pasaron los treinta segundos que se había prometido de plazo apenas recordaba por qué se lo había impuesto.
-Esto era inevitable -jadeó Peter levantándola en brazos para llevarla dentro justo cuando ella comenzaba a tambalearse y sus piernas comenzaban a flojear.
Lali tenía la mente en blanco, los ojos cautivos en las pupilas verdes de él. Su corazón zozobraba, tenía el pulso acelerado. El mareo y la euforia se apoderaron de ella. Levantó una mano insegura y la posó sobre la mejilla de Peter con un vergonzoso sentido de la posesión por completo nuevo para
ella. Sus dedos extendidos celebraron la dura tersura de su piel, sus pupilas dilatadas buscaron cada uno de los detalles de él que podían apreciarse a aquella distancia.
mas novela
ReplyDeletemas ♥
ReplyDeletequiero mas :)
ReplyDeletesubi mas porfa
ReplyDeleteQue intensos están, otroo
ReplyDeletequiero otro
ReplyDeletequiero otro
ReplyDeleteOtro porfa
ReplyDeletemas =)
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