Monday, June 8, 2015

capitulo 28

-Sí, así es como me consideran en los negocios - confirmó Peter sin ofenderse lo más mínimo -. Pero si mis verdaderas intenciones salieran a la luz el precio del stock de la compañía B se dispararía y no compraría.
Lali apartó los platos de la cama. Cuando volvió al dormitorio Peter estaba dormido. Su corazón, que se había derretido como el caramelo, volvió a agarrotarse al verlo. Parecía exhausto, pero mucho más en paz de lo que lo había estado a lo largo de todo aquel día. Por una vez en su vida Lali se iba a dejar llevar. Por norma era muy precavida, prefería verlo todo en nítidos tonos blancos y negros antes de arriesgarse. Pero en esa ocasión era demasiado tarde...
Lali no abrió los ojos hasta las ocho de la mañana del día siguiente. Peter estaba aún profundamente dormido. Y aún así era guapo, pensó Lali contenta de que no la viera echa un desastre. Peter, en cambio, era la versión masculina de la perfección. Hasta su piel aceitunada brillaba contra el blanco de la sábana.
Lali salió de la cama con menos valentía de la que había entrado la noche anterior. A la clara luz de aquella mañana griega era perfectamente consciente de que se había decidido por un camino del que no había marcha atrás. Sus sentimientos habían llegado a un nivel muy alto, y eso le asustaba.
Se puso el pantalón corto y se asombró al ver que era su talla exacta. Se sirvió un vaso de agua y picó un trozo de naranja y de manzana. Necesitaba aire fresco, distanciarse de Peter, de modo que fue a dar un paseo por la playa.
Un hombre que confesaba tener planes para una mujer desde el principio resultaba digno de confianza. Peter parecía una persona honesta y abierta. Bien, no le hacía feliz haberse rendido y caído en su cama tan deprisa, pero sí le gustaba el hecho de que él hubiera sido su primer amor. Al menos no tendría la sensación de que era una mujer fácil.
Más aún, imaginar que ellos dos hubieran podido mantener esa relación teniendo en cuenta que ella era la mujer de la limpieza de su edificio de oficinas rayaba casi en el snobismo. Pero eso a él no parecía importarle. Además ella era la encargada de la librería del señor Barry, aunque no ganara mucho. En cuanto volviera a casa iría al banco y solicitaría el préstamo. Sólo el miedo a
que no se lo concedieran la había estado reprimiendo.
Lali miró el reloj y se dio cuenta de que llevaba dos horas paseando. Caminó de vuelta a la casa y vio a Peter apoyado sobre la barandilla, aparentemente esperándola. De pronto se le quedó la boca seca. Cuanto más se acercaba y lo miraba más la absorbía él. El aspecto de Peter era sensacional. Llevaba ropa elegante y sencilla, de diseño. Con chinos ajustados a sus poderosos músculos. Hubiera deseado que no llevara las gafas de sol que ocultaban sus ojos.
-Me han llamado por el móvil -dijo él cuando ella estaba aún a unos pasos.
Lali se dio cuenta inmediatamente de que algo no iba bien. Su tono de voz era helado, tan carente de emoción que le causaba escalofríos. Se detuvo. Sus ojos negros traicionaron su ansiedad e inseguridad. -¿Qué ocurre?
-En el mismo instante de abrirse las bolsas el precio del stock de la Palco Technic ha comenzado a subir -informó Peter con una calma letal. Lali se quedó mirándolo inquieta, demasiado temblorosa como para comprender de inmediato lo que había querido decir-. Dijiste que no habías conseguido hablar por teléfono desde el aeropuerto, pero es evidente que mentías - añadió Peter con el mismo
tono de voz indiferente-. Filtraste esa información confidencial y naturalmente alguien se ha aprovechado de ella. Espero que te haya producido importantes beneficios.

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