Tuesday, June 9, 2015

capitulo 31

Aquél era un día húmedo, y en la tienda no había un solo cliente.
-¿Una taza de té, Lali? -preguntó Horace Barry .
-Gracias, sí.
Lali observó caer la lluvia mientras sorbía el té desde detrás del mostrador. Había vuelto a casa dos días atrás, pero lo ocurrido en la isla de Chindos la obsesionaba cada día más. El sexo era algo demasiado peligroso como para jugar con él, eso siempre lo había sabido. Siempre había creído que la intimidad física era algo que pertenecía por entero a las relaciones estables. Era humillante reconocer que se había acostado con un hombre al que conocía sólo desde un día antes. Había hecho una elección y, confiando en los sentimientos más que en la razón, se había equivocado. Hubiera debido de mantener a Peter a distancia, y si el accidente de sus relaciones tenía consecuencias la culpa sería únicamente suya.
El señor Barry se fue pronto a casa. Justo antes de la hora de cerrar llegó un repartidor con un ramo de flores.
-¿La señorita Lali Esposito?
-No creo que sea yo la Lali Esposito que tú buscas.
-Pues la dirección es ésta.
El corazón de Lali comenzó a martillear deprisa al comprender que sólo había una persona que pudiera mandarle flores. Lali suspiró y sacó la tarjeta del sobre. Sólo había escritas seis palabras: «De parte del pastor de cabras». Primero se puso blanca, luego colorada. Después rompió la tarjeta en pedazos y la tiró a la papelera.
Evidentemente las rosas significaban para Peter una disculpa. ¿Acaso había descubierto que no había sido ella la fuente de la filtración? Alguien, seguramente, se lo había demostrado, porque él no había albergado duda alguna sobre su culpabilidad. No, Peter no había vacilado en creer que aquella escurridiza mujer de la limpieza le había mentido, engañado y finalmente traicionado. Esperaba que hubiera perdido un montón de dinero en aquella operación.
De pronto el teléfono sonó.
-Quisiera hablar con Lali...
Lali se quedó helada al reconocer la voz. El silencio pareció llenar la atmósfera.
-¿Qué quieres?
-Estaré de vuelta en Londres esta noche, hacia las nueve. Quiero verte.
-No hay nada que hacer - tartamudeó ella tras una pausa.
-Lali... -respiró Peter, pronunciando su nombre de un modo que la hizo temblar.
-¿Sigue Emilia en su puesto de trabajo?
-Sí.
-Bien... -suspiró ella aliviada, soltando el aire contenido-. ¿Significa eso que puedo volver yo también a mi empleo?
-Eso lo discutiremos más tarde...
-Peter, no vamos a volver a vernos nunca más -aseguró Lali acalorándose por momentos-. Todo lo que tengo que decirte te lo puedo decir ahora mismo, por teléfono: ¡me debes un puesto de trabajo!
-Puedo buscarte algo alternativo...
-Escucha, ¿qué hay de malo en que siga trabajando en la octava planta? ¿Crees que voy a ir por ahí cuchicheando sobre ti? ¡Debes de estar de broma! ¡No confesaría ni aunque me dieran una descarga eléctrica!
-Hablaremos de eso esta noche.
-No voy a volver a verte. ¡No quiero volver a verte! Estás tratando de asustarme, y no voy a permitirlo. Si no me dejas volver a mi puesto de trabajo iré a un tribunal y te acusaré de despido improcedente.
Conozco mis derechos, Peter.

6 comments:

  1. que bueno que peter quiere pedirle perdon lali no te hagas de rogar mucho jajaaj

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  2. Me encanta la nove, quiero otroo!

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  3. +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

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  4. me encantaaa
    ahora q le pasa al chabón este! indignada estoy!
    espero q haya descubierto la verdad y q ahora se arrastre!
    maass

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  5. Jajaja me encanto lo que decía la tarjeta de flores y a todo esto peter descubrio la verdad?

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