Wednesday, June 10, 2015

capitulo 42

-Lo que te dije en la playa la otra noche: nunca esperas que te ocurra a ti.
-No es así exactamente como yo describiría esta situación -contestó Peter perdiendo la paciencia y estrechándola con fuerza entre sus brazos para hacerla entrar-. Tienes que comer algo.
-No tengo hambre -contestó ella soltándose y sentándose sobre el sofá.
Peter pulsó el mando y cerró las puertas del balcón. Luego la observó con ojos insondables.
-No tiene remedio, ha ocurrido, yineka mou - murmuró él.
-Pero tú no creías que te iba a ocurrir a ti.
-Tengo que admitir que estoy tan acostumbrado a tratar con mujeres que se protegen del embarazo y que no había tenido en cuenta realmente el riesgo que estábamos corriendo.
-¿Por qué sigues hablando de los dos? Me dejas helada. Después de todo tú y yo no tenemos ningún tipo de relación.
-Aún estás enfadada conmigo -Lali se ruborizó al encontrarse con su mirada. Sentía una especie de rabia interior que luchaba desesperada por salir, y él lo había comprendido antes que ella-. Ven aquí -insistió Peter con el tono de voz de un adulto que hablara con un niño difícil.
Lali sintió que las lágrimas se agolpaban en sus ojos y trató de reponerse.
-Es muy tarde, si voy a quedarme aquí será mejor que me vaya a la cama... porque tú no pretenderás nada ahora, ¿verdad?
-No sin el látigo y la silla -concedió Peter.
Lali se alejó un par de pasos, pero en realidad no sentía deseos de alejarse de él.
-Pensé que a estas alturas estarías dándote de cabezazos contra las paredes y jurando -confesó ella sin volverse.
-Bueno, entre el colegio y las escuelas de negocios he aprendido a controlar mis impulsos.
-Pues a mí no me gusta verte actuar así. Me molesta. ¡No he visto ni una sola reacción emocional tuya desde que te lo he dicho!
Sin embargo, mientras lo decía, Lali se daba cuenta de que era una exigencia estúpida. ¿Cómo podía Peter mostrar su verdadera reacción? ¿Acaso deseaba realmente ver la ira tras aquella máscara de frialdad? Sí, eso era. Cualquier cosa con tal de tener una excusa para odiarlo. Todo hubiera sido mucho más soportable entonces.
Peter apretó su mano, cerrada en un puño, y la obligó a volverse hacia él. Lali dejó caer la cabeza y luchó por controlar sus emociones. Pero Peter levantó su rostro y sus miradas se encontraron.
-Tienes pánico -dijo él tras un gemido que escapó de su garganta-. ¿Por qué? No estás sola en esto, confía en mí.
-¿Cómo puedo confiar en un tipo que me ha pedido que sea su amante? -exigió saber ella con fiereza.
-¿Y qué tiene eso que ver?
-¡Todo! Cuando me dijiste eso estabas pensando en ti mismo, no en mí. ¿De verdad crees que soy tan estúpida, Peter? ¿Cómo voy a confiar en ti? Si estoy embarazada la solución que me vas a proponer es terminar discretamente con el niño... ¡exactamente lo mismo que planeó mi adorable padre para mí!
Peter se quedó helado. Lali rompió a llorar y sus ojos se nublaron, girándose a otro lado. Pero él volvió a tomarla en sus brazos. Lali trató desesperadamente de soltarse, pero él era mucho más fuerte.
Por fin Lali cedió, sintiéndose débil. Se dejó caer sobre su pecho y escuchó los latidos de su corazón. Su fragancia le resultaba familiar. Cerró los ojos con fuerza y deseó que el mundo se detuviera. -Te prometo que no voy a sugerirte esa solución -respiró Peter con espeso acento griego.
-Es sólo que no quieio sentir esa presión... no es justo -musitó ella temblorosa, sintiendo que el nudo de su estómago se iba desatando.

2 comments:

  1. massssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss porfavorrrrrrrrrrrrrrrrrrr

    ReplyDelete