Wednesday, September 9, 2015

capitulo 14

Quizá ella habría aceptado si no hubiera descubierto que había algo mejor al haberse enamorado de Benjamin.
-Lali... ¡despierta! -una mano la sacudía por los hombros y ella, al despertar, parpadeó a causa de la luz de la lámpara colocada sobre la mesa de noche.
Peter, vestido con suéter y vaqueros, se encontraba frente a ella.
-¿Qué hora es?
-Las tres de la mañana, y he venido a decirte que ya he tomado una decisión -la contempló mientras ella se quitaba un mechón de castaño cabello de la frente y después se frotaba los ojos-. Lo he pensado bien y he comprendido lo desesperada que debes sentirte para haber sugerido algo así.
¿Eran las tres de la mañana? Lali suprimió un bostezo. Con toda seguridad Peter estaba a punto de empezar a enumerar todas las posibles desventajas del asunto que ella le había planteado.
-No sé por qué, pero parece ser que no se te ha ocurrido que en mi vida podría haber alguien que haga que ese matrimonio, discreto o no, sea imposible.
-¿Y la hay? -preguntó Lali asombrada. Una leve sombra acentuaba la dureza de aquellos pómulos masculinos.
-Pues da la casualidad de que no, aunque parece ser que no te sorprende -dijo Peter con sequedad.
-No eres de los que se casan -respondió ella.
-En efecto -aceptó él con una sonrisa burlona-. Me gusta mi libertad e intento conservarla. Háblame de Benjamin.
-¿Es necesario? Es un asunto privado... yo... -balbuceó Lali bajo el divertido escrutinio de Peter.
-¿A qué se dedica?
-Asistió a una escuela agrícola. Tiene veintincinco años de edad y vino a trabajar aquí a las órdenes de Roy Baxter.
-¿Y qué le sucedió?
Lali entrelazó las manos antes de hablar.
-El abuelo lo despidió cuando yo le comuniqué que queríamos casarnos. Benjamin se encuentra ahora en Londres y aún no ha conseguido trabajo -declaró con amargura.
-¿Y tú quieres depositar todos tus bienes materiales en manos de un individuo que ni siquiera te llevó con él?
-Eres injusto. Benjamin no tenía ningún lugar a donde llevarme -arguyó ella con vehemencia-. Por Dios santo, Peter, sé práctico. Benjamin vive con su familia.
Los párpados de él se encontraban tan cerrados que apenas se podían ver sus ojos de color verde esmeralda.
-Y quizá no quiso tenerte a ti sin la bendición de la tuya. Lali sintió que el
aliento se le atragantaba. ¡Dios mío, qué cruel era Peter!

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