Pero no pudo seguir mirando a Peter a la cara.
Se dio cuenta demasiado tarde de que le había tirado un guante que él no había querido aceptar. Había tratado de impresionarlo, pero no lo había conseguido.
-Por lo menos ya hemos dejado clara una cosa -continuó Lali-. ¿No crees que ahora sería conveniente decirle a la policía que estoy aquí y que se han preocupado por nada? -Ya lo he hecho. La policía local ya les van a informar de tu presencia... y dentro de poco vendrán por aquí los paparazzi -aseguró Peter con gesto triste, saliendo de la habitación-. Tenemos que irnos de aquí cuanto antes.
Lali lo siguió. Entraron en su despacho y le oyó que daba instrucciones por teléfono a una persona.
-Todo esto es culpa tuya -lo acusó ella, cuando dejó de hablar por teléfono-. Si no me hubieras engatusado para venir aquí, nada de esto hubiera ocurrido. Cuando vaya a casa, ¿cómo le voy a explicar esto a todo el mundo? Ya viste cómo reaccionó Gas. Él piensa que todo esto es muy extraño...
-Algo extraño, pero sin sexo, aburridamente convencional -la interrumpió Peter, con brusquedad-. Yo lo que creo es que ya es hora de que haga, lo que he venido a hacer. Se plantó frente a ella, y sin darle una pista de sus intenciones, se agachó y la levantó en sus poderosos brazos.
-Peter, ¿qué estás haciendo? -preguntó asustada Lali.
-Te traje aquí para acostarme contigo y disfrutar de ese exquisito cuerpo que tienes -le recordó Peter, mientras subía por las escaleras con decisión-. Y eso es lo que voy a hacer antes de que nos marchemos.
-¡Pero la policía va a venir! -le recordó Lali, horrorizada por su conducta.
-Todavía tardarán un rato... y si vienen antes, que esperen.
-¿Esperar mientras nosotros...? -preguntó Lali.
-¿Por qué no? -contraatacó Peter, abriendo la puerta de la habitación de una patada, y echándola sin ninguna ceremonia en la cama en la que habían dormido la noche anterior.
Lali se sentó, apartándose el pelo de la cara.
-¿Por qué no? -repitió-. ¿Es que te has vuelto loco?
-No. Si cualquiera de los hombres de por aquí, se entera de que he esperado cinco años para tener contacto físico con mi esposa, me mete en un manicomio -respondió Peter, con tono sardónico-. Además, como veo que vas a ser tan elocuente con los paparazzi como tu madre, no voy a privarte de la fuente de revelación más jugosa. Seguro que se lo contarás todo al primer periodista que aparezca, con todo lujo de detalles.
-Estás muy equivocado conmigo. Yo jamás hablaría con la prensa.
-También juraste que nunca aceptarías mi dinero -respondió Peter, quitándose la camiseta y tirándola al suelo-. Has estado mintiendo sobre tu inocencia todo el día. Me diste explicaciones de todo lo que te acusaba. Me dijiste que no sabías nada y de pronto, cuando estaba a punto de concederte una segunda oportunidad, me dices que estabas enterada del fraude desde el primer día.
La imagen de Peter, medio cuerpo desnudo, la atraía como un imán. Retiró su mirada y humedeció sus labios con la punta de la lengua. Estaba horrorizada. Peter no confiaba en ella, lo cual no era de extrañar, si se tenía en cuenta la cantidad de veces que había cambiado de opinión aquel día, hasta que finalmente había intentado salvar a Emilia de las garras de Peter.
masssssssss
ReplyDeleteCuando se entere de lo equivocado q estaba espero q lali lo haga sufrir!
ReplyDeleteMaass
quiero mas
ReplyDelete