Monday, September 7, 2015

capitulo 70

-Aunque no hiciera nunca más el amor contigo, seguiría enamorado.
-Pues me dolió mucho cuando dijiste eso.
-Porque quería que estuvieras segura de que tus sentimientos por mí eran reales y duraderos. No quería correr el riesgo de que un día te despertaras y decidieras que eras muy joven para estar atada a un hombre...
-Tú eres el único hombre al que he amado.
Peter se sonrojó.
-Me gusta que me digas eso...
-Porque eres muy posesivo. Y yo también.
-Antes de irme a Milán, no sabía si estabas enfadada porque estabas embarazada, o porque no lo estabas.
-Tendrías que haberme dicho que no querías divorciarte.
-Quería que tú decidieras lo que querías hacer. Pero intenté demostrarte por todos los medios lo mucho que me importaba tu decisión...
-Pues yo pensé que estabas molesto porque podría haberme quedado embarazada. -Ya ves que no... -Peter empezó a besarla con pasión. Lali se abrazó a él-. No obstante, cuando me dijiste que no lo estabas, me llevé una decepción. Aunque puede que sea lo mejor. Todavía tienes veintiún años. Tenemos mucho tiempo. -Pues he de decirte que serás padre para Navidad -confesó Lali.
-Dilo otra vez...
Lali le explicó las pruebas que había hecho.
-Así que mis células reproductoras ganaron la batalla en territorio hostil.
Lali se sonrojó, cuando Peter la echó en la cama y la miró fijamente a los ojos.
-Me gustó mucho el oso de peluche que pusiste en la limusina.
-Le llamaremos Flora. Te traía ese regalo para decirte que si de verdad querías tener un hijo, podríamos intentarlo otra vez.
-¿Y qué hubieras hecho si yo me hubiera quedado con todo ese dinero? -le preguntó Lali.
-Pues habría hecho todo lo posible para reformarte. No creo que te hubiera dejado marchar cuando hubieran acabado las tres semanas. Te quiero mucho, piccola mia. Podría perfectamente cuidar de tu madre, pero esta vez me aseguraré de que reciba sólo lo imprescindible...
-Eso no sería justo -protestó Lali, pensando que Emilia todavía era joven para ganarse la vida por sí misma.
-Déjame a mí que decida lo que es justo por una vez -murmuró Peter-. Te prometo que me vengaré cuando vea la cara que Emilia ponga cuando se entere de que va a ser abuela.
-A Hal le gustan mucho los niños -le dijo Emilia a su tercer marido, un ranchero de Tejas, que tenía a su nieto en brazos, mientras trataba de hacerle reír-. Incluso quiere que nosotros tengamos uno.
Lali se quedó con los ojos abiertos como platos.
Su atractiva madre se sonrojó y la miró en tono dubitativo.
-Ya sé que contigo no me he portado nada bien, pero Hal cree que ahora soy una mujer mucho más madura.
Hall Billings era un hombre fuerte que Emilia tenía todo el tiempo en los labios. Lo había conocido en una perfumería, en la que estaba trabajando. Se habían enamorado, a pesar de que ella pensaba que nunca más se iba a enamorar.
Hal tenía bastante dinero, pero era un hombre al que le gustaba llevar una vida muy sencilla. Emilia había tenido que hacer muchos sacrificios para llevar su ritmo de vida, pero al final lo había conseguido. Lali, al final, se había dado cuenta de que su madre había sido siempre muy infeliz, una mujer que había tratado de utilizar lo material para llenar el vacío que sentía por dentro. Un nuevo amor y un estilo de vida diferente con un hombre en el que podía confiar, le habían dado la ocasión de empezar de nuevo.
Después de levantar en brazos a su hijo, Bruno, Peter cruzó la habitación.
-Yo creo que hay que dejar a Bruno un poco en paz por hoy. ¿Tú qué crees?
Lali estiró sus brazos para recibir al niño, mirando su cara soñolienta, con los ojos negros, como los de ella.
-Sí, creo que habrá que dejarlo dormir un poco.
Pero todavía tardaron media hora más en lograr escaparse de aquella reunión familiar. Gino Esposito y Alvaro Lanzani estaban conversando animadamente en una esquina. Las tías abuelas de Lali, que al principio estaban muy nerviosas por tener que abandonar su pueblo e ir al castillo donde Lali y Peter habían decidido bautizar al niño, estaban conversando con dos señoras mayores de la familia de Peter.
-Es un niño precioso -estaba diciendo Sonia .
Lali sonrió. El niño había logrado romper el hielo entre su suegra y ella. Después de una década de pena y dolor por el hijo perdido, Sonia volvía a vivir de nuevo. Peter estaba observando a Emilia, que había ido a por algo de beber para Hal. -Cuando insististe en que tu madre dejara la casa y buscara un trabajo, eras tú la que me preocupaba, cara. Pensé que nunca te iba a perdonar que fueras tan dura con ella, pero le hiciste un gran favor. Es una mujer distinta ahora.
-Incluso está pensando tener un hijo -le confesó Lali.
Después de una pausa, Peter se echó a reír.
-Está claro que sigue una línea de pensamiento -señaló-. Si tiene un hijo, Hal la liberará de algunos trabajos en el rancho.
Peter y Lali pusieron al bebé en su cuna y echaron a andar, agarrados de la mano.  Lali rememoró su primer año de matrimonio. Gas había encontrado otro socio para la agencia de viajes. Ella había tenido un embarazo sin incidencias y Bruno había nacido sin complicaciones. La felicidad de ser padres los había unido a Peter y a ella mucho más. Peter adoraba a su hijo. Pasaban muchos fines de semana en Cerdeña. Algún día Bruno conocería la humilde familia que tenía en La Rocca, como a Peter le había enseñado su abuelo.
-¿Te he hecho feliz? -murmuró Peter, mientras caminaban por el pasillo.
-Muy feliz. Cuando me enamoré de ti a los dieciséis años, sabía que había hecho una buena elección.
-Y yo estoy muy feliz de que me eligieras -replicó Peter. Sus bocas se juntaron y tardaron bastante tiempo en volver a la reunión familiar.    Fin

5 comments: