Saturday, November 14, 2015

capitulo 33

—¿Irás ahora a probarte la selección que he hecho para ti?
—¿Por qué? Yo nunca me voy a poner esas prendas en toda mi vida — protestó Lali— Soy mucho más humilde que todo eso y me alegro de serlo. ¿Dónde diablos me iba yo a poner todos esos trajes y vestidos largos?
Sin prestar atención a lo que había dicho, Peter la ayudó a descender del taburete y la envió en dirección hacia la mujer que había estado describiendo los modelos y que la esperaba con los brazos abiertos. La llevaron a un vestidor, donde Lali se convirtió en el centro de atención de una horda de dependientas. Ya la esperaban una selección de bolsos y zapatos. La hicieron vestirse con prenda tras prenda para luego ver cómo desfilaba por la pasarela.
Al principio, se mostró muy tímida y se limitó a quedarse inmóvil mientras Peter le decía que se moviera. Entonces, alguien puso un poco de música y Lali encontró el espíritu propio de la ocasión. Empezó a posar, a imitar a las modelos. Cada vez que él reía, exageraba más sus movimientos. Lali también se estaba divirtiendo, pero su mayor placer provenía de ver cómo Peter disfrutaba.
—Ponte el vestido verde —le dijo Peter, cuando hubieron terminado.
De acuerdo. Le permitiría que le comprara solo un vestido. En realidad, le había parecido que no era un hombre muy práctico. Con un par de faldas y de blusas y unos pantalones en una tienda cualquiera habría sido más que suficiente. Solo Dios sabía cuánto dinero costaba aquel vestido. Este le dejaba los hombros al descubierto, para luego recogérsele en un corpiño de terciopelo y terminar con una falda que le llegaba hasta las rodillas. En realidad, el vestido le encantaba. Al verse en el espejo, le pareció que era una joven de la alta sociedad, sin una sola preocupación en el mundo...
Lali salió del vestidor para reunirse con Peter, sin poder evitar la considerable altura de los zapatos que llevaba puestos.
—Estás preciosa,
cara...
—susurró él. Entonces, tomó de una silla una
prenda que parecía de piel y se la colocó alrededor de los hombros—. Y ahora pareces una reina...
Había espejos por todas partes. Cuando Lali se miró, vio un hermoso y suave abrigo de piel sintética en color crema, que le llegaba hasta media pierna, y que proporcionaba un bellísimo contraste con el color de su cabello.
—¿Te ganas la vida haciendo que se cumplan los sueños de los demás? — le preguntó a Peter, a través del espejo. Al verse junto a él, se echó a temblar y recordó que los sueños nunca duran—. Deberías hacerlo.
—Todavía no ha terminado el día.
En realidad, ya era bien entrada la tarde. Holly no se había dado cuenta
de lo tarde que era hasta que salieron de la tienda y vio que ya había anochecido completamente.

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