Friday, November 6, 2015

capitulo 38

Recordó el aspecto que tenía cuando la había dejado en la acera el día anterior. Le había dicho docenas de veces que no tenía que molestarse en buscar un aparcamiento o acompañarla hasta su apartamento.
Él había comprendido la indirecta. Pero la había observado alejarse. Habría tenido que ser un santo para no fijarse en sus vaqueros blancos apretados contra su trasero. Y él no era un santo.
También se había dado cuenta de cómo se había dado la vuelta varias veces, como si esperase que él ya no estuviera allí.
—Yo no diría tanto —le dijo a su amigo—. Pero me gustaría conocerla mejor, que es por lo que necesito que Mary y tú vengáis el miércoles por la noche. Le caeréis bien. Y estoy seguro de que a vosotros os gustará ella también. No tendrás que preocuparte por nada. Ya he pedido un servicio de catering. Está todo arreglado.
Gaston se puso de pie y se dirigió a la ducha.
—Hablaré con Mary, pero no te prometo nada.
—Genial. Gracias. Dile a Mary que se lo agradeceré siempre. Y que le debo una, si acepta. Quizás pueda cuidar al gato la próxima vez que os vayáis fuera.
—Quizás puedas cuidar al niño.
Peter puso cara de incomodidad. Le costaba imaginarse con un niño chillón, rodeado de pañales y biberones, y los hombros cubiertos de las babitas del niño.
—Si ése es el precio, supongo que tendré que hacerlo, a condición de que confiéis en mí para que cuide de vuestro hijo.
Gaston se detuvo a medio camino de las duchas y miró a Peter.
—Sí, tienes razón. Ya lo pensaremos. Seguro que encontramos algo que puedas hacer. Ah, y si vamos el miércoles por la noche, prepara un poco de remolacha casera.
—¿Remolacha?
—Es el último antojo de Mary. Si no hay, es capaz de morderte.
—Remolacha… —pensó Peter en voz alta, y se rascó la mejilla—. De acuerdo.
Le diré al servicio de catering que traiga remolacha.
Lali pudo preparar el almuerzo sin pensar en Peter, hasta el miércoles por la mañana. Cuando abrió el armario y se dio cuenta de que no tenía qué ponerse.
O al menos nada apropiado para pasar la noche en un club nocturno.
¿Cómo serían sus amigos?, se preguntó.
¿Se sentaría al lado de alguna rubia explosiva llena de silicona?
¿Tendría que soportar a algún viejo verde productor de cine invitándola a un casting privado?
No era justo. No tenía que estereotipar a gente que no conocía.

3 comments: