Sunday, November 1, 2015

capitulo 44

En ese momento entró Peter, y Lali sintió un deseo irresistible de lanzarse a sus brazos. Turbada por la fuerza de su propia ansiedad, le brindó una sonrisa maliciosa.
-No me volveré a acostar.
-Magnífico -una sonrisa sensual se dibujó en su boca-. Tengo toda la tarde libre.
Tina parloteó durante toda la comida y Lali, bajo Ia implacable mirada de Peter, comió con mucho apetito, hasta dejar el plato limpió. Jessie insistió en llevarles el café al salón. Lali se sentó en un cómodo sillón y miró a su alrededor. Se puso a imaginar la restauración de la granja.
Ruborizada, se dijo que se estaba adelantando a los acontecimientos.
-¿Vendiste todos los muebles sobrantes cuando viniste para aquí?
-Sí. Mercedes quería venderlos, pero la persuadí de que la subasta era lo más conveniente. El producto de esa venta le permitió tener unos ingresos decorosos. Los retratos de la familia están en el desván. Paula me pidió que los conservara, pero aquí no hay lugar para ellos.
Lali disimuló una sonrisa, pues con agrado seguía pensando en la restauración de la granja. Tina se les unió con su gatito.
-No hay problema alguno en traerlo cuando Granny no está aquí, pero no se lo diréis, ¿verdad?- inquirió la niña.
Desde su asiento, Lali sacudió la cabeza para desaprobar que una mujer fuera capaz de inducir tanto miedo a una pequeña.
-Será nuestro secreto -prometió.
Tina se apresuró a sacar ventaja de la situación que se le ofrecía. Bajó sus juguetes preferidos para enseñárselos. A las nueve, Lali se sentía otra vez agotada. Peter le dijo que debería irse a su cuarto.
-Sí, quiero acostarme temprano -bostezó Lali.
-Sería mucho egoísmo de mi parte decirte qué es lo que deseo hacer.
Peter se acercó a ella y Lali tembló, seducida por su insinuación.
-¿Lo sería? -musitó, inclinándose ligeramente hacia él, débil por el deseo que despertaba en ella con tanta facilidad.
Como su cuerpo reaccionó involuntariamente a su cercanía, Peter musitó una imprecación a la vez que se retiraba sonriendo.
-Lo sería... si te tocara ahora mismo, pasaría toda la noche contigo y no dormirías nada. Bueno, la verdad es que dentro de dos días estaremos casados y entonces estoy seguro de que lo haré como un verdadero artista.
Su alejamiento la dejó desconcertada. Ella era demasiado sensible a cualquier tipo de rechazo. Peter leyó en sus ojos la sorpresa y el dolor, como si los hubiera expresado en voz alta, y entonces la apretó contra sí, besándola con ansia. Ella se quedó tan debilitada después de ese apasionado asalto que se abandonó ligeramente, sobre todo cuando Peter le acarició una de sus ardientes mejillas.
-Hasta mañana, amor mío.
Al día siguiente llegó Merrill.
-Todo saldrá bien. Los preparativos están casi ultimados.
El antiguo vestido que había pertenecido a la bisabuela de Peter resultó ser demasiado largo, lo cual no desalentó a Jessie y a Merrill. La hermana de Peter se quedó a comer y cuando se iba le aseguró a Lali que regresaría más tarde a buscar a Tina.
-Papá lo ha resuelto todo -repuso Tina, pesarosa-. Deberé tener paciencia una semana más.
-Todo se arreglará -susurró Lali, abrazándola. No quería entrometerse en los planes de Peter, pero estaba preocupada por la reacción de Tina, que tenía la sensación de que nadie le hacia caso.
La ropa de Lali llegó y las cajas ocuparon todo el vestíbulo.
-¿Es que nunca tiras nada? -le preguntó él.
-Es sólo cuestión de escoger lo más útil.
Cuando tomó una prenda que no era del agrado de Peter, Lali se defendió diciendo que la había usado en una premier de Grant.
-Eso significa que fue él quien te compró toda esa ropa -le espetó Peter.
-Sí -respondió Lali, desviando la mirada.
-Seguramente también las joyas.
-Sí; las tengo en Londres.
-Y allí se van a quedar.
Asombrada, Lali levantó la cabeza.
-De ningún modo voy a renunciar a mis joyas.
-Te lo diré de otro modo. O esas joyas o yo. Decide.

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