Tuesday, November 17, 2015

capitulo 58ñ


alrededor cambiaba del inglés al italiano, Trató de no sentirse excluida. Evidentemente, aprender a hablar italiano iba a ser una de sus prioridades. Sin embargo, la barrera del idioma la hizo sentirse la novia más sola del mundo.
—Voy a buscar un teléfono para llamar a Tomas —le dijo a Peter al
oído.
—¿Llamar a Tomas? —le preguntó Peter, tras interrumpir la conversación que estaba teniendo en aquellos instantes.
Lali se sonrojó.
—Sí. Sarah podrá sujetarle el teléfono contra la oreja para que yo pueda hablar con él.
—Utiliza el mío —dijo él, sacándose un móvil del bolsillo.
—Ni siquiera sé cómo utilizarlo.
—Es muy sencillo.
Lali aceptó el teléfono y salió al vestíbulo para encontrar un lugar tranquilo desde el que poder hablar. Sin embargo, por muchos botones que apretaba, no podía hacer que aquel maldito teléfono funcionara. Solo conseguía que aparecieran palabras en la pantalla. Entonces, notó que, de hecho, eran las mismas palabras las que aparecían una y otra vez.
Te quiero. Llámame...
Lali sintió un escalofrío por la espalda. Entonces, mientras estaba contra la pared, salieron dos mujeres del salón, inmersas en una animada conversación.
—Bueno, lo único que puedo decir es que si esa niña fue capaz de robarle el novio a Candela, hay esperanza para todas nosotras.
—¿Has oído el acento que tiene? ¡Casi me morí de la risa cuando la oí hablar! Habla como una paleta...
—A mí me pareció que Peter hacía gestos de lo avergonzado que se sentía. Él es tan refinado. Además, resulta evidente que ella no debe de tener ningún pariente presentable porque yo conozco a todas las personas que han acudido a esta boda.
—Pobre Candela... Imagínate la agonía de ser tan hermosa y verse reemplazada por una criatura con ese pelo castaño, como una muñeca de trapo.
¿Qué te ha parecido el vestido?
—Si estás tan delgada, deberías ocultarlo un poco, no presumir de ello.
—Tenía pinta de ser muy barato. Seguro que lo ha comprado en un saldo. Se veía de lejos que Peter no lo había pagado.
Con la espalda pegada a la pared, Lali esperó hasta que las mujeres hubieron desaparecido. Entonces, comenzó a andar sin rumbo. Solo quería esconderse. Peter estaba recibiendo mensajes de amor en el teléfono móvil, todo el mundo se estaba riendo de ella... De repente, el vestido se le enganchó
en el tacón del zapato y, al inclinarse para soltarlo, se dio cuenta de que estaba en el bar del hotel y de que todos los presentes no dejaban de observarla.

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