Wednesday, November 18, 2015

capitulo 66 y 67

—No quiero suplicar —musitó ella, recordando cómo se había comportado la última vez.
—Esta vez no será así...
Volvió a besarla, tan dulcemente, pero de un modo tan intenso a la vez que Lali sintió el despertar de su deseo. Peter la excitaba de un modo increíble...
Él se tumbó sobre ella y empezó a lamerle delicadamente los pezones, haciéndola gemir de placer. Siguió bajando, muy lentamente y empezó a bajarle las braguitas de un modo tan sutil que Lali casi ni se dio cuenta.
—Relájate...
Ella no podía comprender aquella orden, cuando le estaba haciendo cosas con las que le era imposible relajarse. Cerró los ojos y se concentró solamente en el húmedo curso que los labios de Peter iban dejando sobre su piel. Iba bajando cada vez más, haciendo que Lali se arqueara contra su boca.
—Estate quieta....
—¿Qué es lo que vas a hacer?
—¿Qué es lo que te parece?
El rostro de Lali ardía de placer. Luchaba contra el rubor que le provocaba aquella postura, contra la curiosidad y el deseo. Poco a poco. Peter le fue levantando las caderas e hizo lo que había querido hacer. En el momento en que tocó la parte más sensible de su cuerpo, el cuerpo de Holly se echó a temblar. La idea de mantener el control resultaba inconcebible.
Nunca antes había imaginado aquellas sensaciones. Iba de oleada en oleada de placer. Sentía que el deseo iba creciendo en ella. Gemía, jadeaba y se movía bajo los labios de Peter. Cuando estuvo muy cerca de alcanzar el placer total, su esposo se le colocó entre los muslos y la penetró con delicadeza.
De repente, Lali alcanzó la cima del placer. Al sentir que su firme masculinidad se iba abriendo paso a través de ella, su mundo explotó en mil pedazos, pleno de sensaciones multicolores. El éxtasis que ardió dentro de ella la abrasó en una explosiva oleada de placer.
—¿Te ha gustado? —le preguntó Peter, mientras la besaba dulcemente minutos después para darles tiempo a sus cuerpos para que se recuperaran.
—Ha sido increíble...
—Espero que sí te lo puedas creer,
bella mía,
porque vamos a tener una
luna de miel extraordinaria.
A la mañana siguiente, Lali descubrió que levantarse de la cama resultaba mucho más que un desafío. Se sorprendió mucho al descubrir la energía de la que Peter parecía disponer y la agilidad con la que se levantó de la cama.
Sin embargo, la urgencia que sentía por tener a Tomas entre sus
brazos pudo más que el cansancio. Como Peter le había prometido, sus maletas estaban ya en la mansión, por lo que se vistió rápidamente. No obstante, Marco la obligó a desayunar como si tuvieran todo el tiempo del mundo.
Cuando llegaron al aeropuerto, Tomas se puso como loco al ver a su madre. Sarah le confió que el pequeño había pasado una noche algo agitada y los ojos de la joven madre se llenaron de lágrimas. Para compensar a su pequeño, lo abrazó con fuerza. Solo fue consciente del escrutinio de su marido minutos más tarde.
—No me permitas que te vuelva a hacer eso.
—¿El qué?
—Tomas no ha podido dormir bien por no estar contigo y tú no has podido llegar aquí lo suficientemente rápido para ver a tu hijo. No sabía lo que esta ausencia suponía para ti. ¿Por qué no me dijiste nada?
—Solo era una noche. No quería estropear las cosas.
—Acabas de hacerlo. Sarah me ha dicho que el niño estuvo inconsolable durante toda la noche y que tuvo que llamar al médico para asegurarse de que no le pasaba nada más. Tomas no puede pasar sin ti mucho tiempo. Sin embargo —añadió, con una hermosa sonrisa—, yo tampoco podría haber pasado
anoche sin ti,
bella mia.
Tal vez tengamos que encontrar algún modo de
dividirte en dos partes...

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