Tuesday, December 1, 2015

capitulo 22

-La única propiedad que tienes es tu apartamento y no está a la venta -la interrumpió él.
De modo que Peter no sabía lo del apartamento que Marianela había comprado para Lali y su madre. No, claro que no. Si hubiera sabido aquello, sabría que Marianela tenía una hermana gemela. Seguir hablando del apartamento seria peligroso, pensó Lali entonces, dándose cuenta de como odiaba estar haciéndose pasar por su hermana. Pero era imposible contar la verdad porque no quería poner en peligro la boda de Marianela.
-El resto podría pagarse a plazos.
-A la edad de Nicolas, un arreglo de ese tipo no valdría de nada.
-Pero yo puedo probar que todo esto ha sido un malentendido. Que nunca ha habido intención de engañar a nadie -exclamó Lali, levantando la barbilla-. Si hubiera sabido que Nicolas trabajaba como capataz, ¿cómo podría haber pensado que tenía tanto dinero?
-Naturalmente, Pablo debió contarte que mi padre dejó una cantidad a Nicolas en su testamento.
Lali se quedó pálida. Por fin entendía cómo Nicolas había amasado tal cantidad de dinero. Y, siendo una herencia de su padre, Peter lo tomaba como algo personal. En cualquier caso, Marianela podría ser acusada de oportunismo, pero no de fraude. Había una diferencia. Su hermana nunca se habria aprovechado de un pobre hombre.
-¡Pero Pablo nunca mencionó esa herencia! Pareces olvidar que Pablo y... Pablo y yo estuvimos juntos durante muy poco tiempo. -Tan poco tiempo que tú ni siquiera pudiste hacer el papel de viuda dolorida -dijo Peter, estudiándola con calma.
-Estoy harta de tus críticas -dijo ella, herida y enfadada.
-Pues enfréntate con la realidad. Sé lo que eres -replicó Peter, mirándola de arriba abajo con insolencia.
Lali sintió que se le ponía la carne de gallina, pero la irritaba profundamente que Peter la afectase tanto. Aquella vez no se dejaría avasallar.
-No sabes lo que estás diciendo...
-¿No? El pelo, los ojos marrones, el rubor de nina deben ir muy bien para los hombres que no quieren ver.. eres como una muñeca de porcelana, la imagen de la femineidad. Pero yo no soy uno de esos hombres, querida. Yo no estoy ciego.
-He venido aqui para tener una conversación sensata contigo y...
-¿De verdad? ¿Por eso te has puesto esa falda tan corta y una chaqueta con escote? -preguntó el, irónico. Lali lo miró, sorprendida por aquel ataque sobre su apariencia-. Me gusta mirarte. Soy un hombre, Lali. Ya to dije que aceptaba la invitación, pero no voy a pagar por el privilegio. No pagaré tu deuda con Nicolas, de eso puedes estar segura.
-Yo no quiero... -empezó a decir Lali, poniéndose colorada.
-Oh, no. Otra vez el teatro, aparentando ser una colegiala que se pone colorada... Estás hablando con un cínico, querida. Además, no había nada adolescente en tu visita de anoche. Eso fue una oferta cruda y...
-¡Si no te callas, te daré una bofetada! -lo interrumpió ella-. No quieres escuchar nada de te que digo...
-Me parece que estar en mi cama, debajo de mí, es un invitación muy clara. Y dejarme dolorido el resto de la noche hace que las oportunidades de escucharte esta mañana sean muy pocas.
¿Cómo podía decirle aquello? ¿Cómo podía ser tan desagradable? Lali se sorprendió al ver que estaba mirando alrededor, buscando algo que tirarle a la cara.
-¡Eres un grosero! -exclamó, angustiada.
-Tus patéticos intentos de hacerte pasar por una niña inocente están empezando a irritarme -respondió Peter, sin remordimiento alguno.

2 comments:

  1. Que odioso es peter, lali debería darle un palo en la cabeza aver si reacciona

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