Tuesday, December 1, 2015

capitulo 27

-Deja de hablarme como si fueras mi padre.
-¿Qué pasa? ¿Por qué me hablas así?
-¡Porque te equivocas! -exclamó Lali, intentando defender a su hermana-. Y eres demasiado rico como para entender nada.
-¿Cómo?
-¿Cuántas casas necesita un hombre? ¿Cómo puedes saber tú lo que es ser pobre? -preguntó Lali, furiosa-. ¿Qué sabes tú del dolor que puede hacer que una persona pierda la cabeza?
Después de decir aquello, que le había salido del corazón, Lali lo miró con disgusto y se dio la vuelta. Peter la llamó, pero ella no hizo caso.
Mientras corría por el camino, recordaba que su hermana le había hablado de la muerte de Pablo. Marianela le había confesado también que había hecho cosas que la avergonzaban y Lali imaginaba que se refería a haberse desnudado delante de una cámara o a mantener relaciones con hombres casados. Pero habían sido ellos los culpables, ya que Marianela sólo tenía diecisiete años.
Cuando Lali levantó la mirada, la vegetación le pareció más exuberante de lo que recordaba. Posiblemente era el cambio de luz lo que la hacía parecer diferente, se dijo. En ese momento, escuchó un sonido de agua cerca de ella y observó, asombrada, una cascada que cafa formando una hermosa piscina a sus pies. El agua era tan clara que podía ver las piedras del fondo. Obviamente, se había equivocado de camino.
Peter iba a matarla, pensó. Los pájaros habían dejado de cantar y estaba anocheciendo, pero el agua era una tentación. Quitándose la falda y la blusa con un suspiro de alivio, Lali se metió en el agua. Era una delicia, fresca y limpia...
-No to muevas, Lali.
La voz de Peter era tan seca que se quedó parada. Automáticamente, Lali levantó las manor para cubrirse los pechos desnudos, pero lo que vio al levantar la cabeza la llenó de terror...

Lali se enfrentó con la bestia más aterradora que había visto jamás.
El jaguar estaba a menos de cinco metros de ella, mirándola con sus ojos dorados como si quisiera penetrarla con la mirada. Tan intenso era su miedo que Lali no podía moverse ni apartar la mirada del felino. Y entonces, con un movimiento repentino, el animal desapareció.
-Oh, Dios mío... Dios mío...
En ese momento, Lali había olvidado su desnudez.
Peter la sacó del agua y la dejó sobre la hierba.
-Los mayas creían que cuando cafa la noche, el sol se convertía en un jaguar -murmuró, quitándose la camisa y colocándosela sobre los hombros.
-También lo llamaban <la bestia que mata a su presa de un sólo golpe> -consiguió decir ella, temblando.
-No suelen atacar a los seres humanos.
-¡Gracias a Dios no ha querido mojarse! murmuró Lali, sujetándose a su hombro para ponerse en pie. -El jaguar es un excelente nadador, querida. Suele venir aquí a cazar y le has robado el sitio. -Me he asustado...

2 comments: