Wednesday, December 9, 2015

capitulo 28

—Gracias, señora Vincenza —respondió Peter, con una pequeña inclinación—. Esta es Lali Esposito. Se ocupará de organizar los proyectos para recaudar fondos. —¿Dónde están los niños? —preguntó Lali, mirando la amplia zona de entrada, con su escalinata central que conducía al piso superior. —Los mayores están en el colegio, por supuesto, y los pequeños están arriba, en la guardería. ¿Le gustaría conocerlos? —Me encantaría —respondió ella. Siguió a la señora Vincenza hasta la segunda planta, con Peter cerrando la comitiva. Recorrieron la guardería, donde Lali jugó un rato con los bebés y los pequeños de dos o tres años y después la señora Vincenza les presentó a otros miembros del personal. También visitaron los dormitorios, el comedor, la sala de juegos y el salón para las visitas. Nada más verlo, Lali se dio cuenta que el salón sería el lugar perfecto para la fiesta de Santa Claus. Era lo bastante grande para albergar a todos los niños, los medios y los invitados. Incluso había un precioso árbol de Navidad ya decorado en el rincón más alejado. Tomaba notas en cuaderno todo lo rápido que le era posible, pero su cabeza trabajaba más deprisa y se le acumulaban montones de ideas. Al mismo tiempo, se las iba comentando a la señora Vincenza, que la miraba con los ojos resplandecientes. A sus espaldas, de pie muy erguido y serio, Peter escuchaba sin decir nada. Lali supuso que eso significaba que le gustaban sus ideas. Estaba segura de que se lo diría, si algo no le parecía bien. Una hora más tarde, había completado con la administradora la fase inicial de sus planes y había elaborado una lista de tareas de las que ocuparse personalmente. Tras darle a la mujer las gracias por su tiempo y su entusiasmo, Peter y ella salieron del hogar, atravesaron la nube de fotógrafos que seguían esperando a la puerta y se metieron en el coche. No habían hecho más que arrancar, cuando Peter se volvió hacia ella y le preguntó: —¿Qué te ha parecido? —Muy bien —respondió ella, hojeando el cuaderno de espiral y revisando las notas que había tomado—. La señora Vincenza tiene muchas ganas de colaborar, porque sabe que eso la beneficiará a ella al final, y aunque hay mucho trabajo por delante, creo que nos dará tiempo a organizarlo todo. En los labios de Peter brotó una pequeña sonrisa. —Tengo que admitir, que lo que le has dicho me ha impresionado. Se te da muy bien describir lo que tienes en la cabeza, para que los demás lo vean con claridad.

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