En medio del silencio, Lali casi creía oír los latidos de su corazón. Peter no se había agartado y el calor de sus manos la hacía sentir la misma tensión que había existido entre ellos la noche que hicieron el amor.
-Dios mío -murmuró Peter, enredando los dedos en su pelo-. ¿Sabes lo difícil que me resultó llevarte a tu cama aquella mañana? No me gustó nada. No me gustó nada estar tan ansioso de ti, gatita. No me gustaba desear como un loco tenerte de nuevo debajo de mí...
-¿No? -murmuró ella, sin saber lo que decía, hipnotizada por sus palabras.
-No -confirmó Peter con voz ronca-. Sólo un hombre débil permite que el deseo desafíe a la razón. Pero dos semanas son mucho tiempo. .
-¿Me has echado de menos?
-Cada día -contestó él, atrayéndola hacia sí-. Y más duchas frías de las que tú puedas imaginar. Pero ahora se que es lo que me atrae tanto de ti. Tienes doble personalidad, querida.
Lali parpadeó, sorprendida.
-¿Qué quieres decir?
El inclinó la cabeza para rozar sus labios con la punta de la lengua, en una caricia experta que la dejó sin habla.
-Por supuesto, se que eres... se de lo que eres capaz -murmuró Peter-. Pero llevas tus habilidades hasta un nivel desconocido.
-No sé de qué estás hablando...
Peter se dejó caer en el sofá, arrastrándola con él. Echando su cabeza hacia atrás con una mano, la besó en el cuello y Lali no pudo evitar un gemido, sintiéndose encendida.
-¿No es verdad? -preguntó él, sujetando su cara entre las manos para mirarla a los ojos-. Eres como un camaleón. Le das a cada hombre lo que quiere; de hecho, lo conviertes en lo que quiere.
-Peter, yo...
-Calla -murmuró él, poniendo un dedo sobre sus labios. -Pero...
-Es el secreto de tu éxito. ¿Cuándo leíste sobre la cultura maya para impresionarme? ¿En mi propia biblioteca? Y ese romántico baño que tomaste en medio de la jungla, sabiendo que yo iba tras de ti... -¡Te equivocas!
-Y aquella noche en mi cama, como la virgen enfebrecida con la que sueñan todos los hombres. Era una ilusión, naturalmente, pero una interpretación fantástica -dijo Peter, acariciando sus muslos. Aquella caricia la hizo temblar, pero Lali no podía perder la cabeza-. te he dicho que puedes seguir convirtiéndote en todo lo que yo quiero? No pares, me encanta.
-¡Me estás llamando falsa! -exclamó ella. Pero se dio cuenta de que era cierto. Un nombre falso, una apariencia falsa, todo era falso en ella.
-Dentro de un segundo te pondras a llorar sonrió Peter-. Y aunque sé que es mentira, me siento como un canalla. -¡Suéltame! -gritó Lali.
-No... -murmuró Peter, besándola con repentina pasión.
Ella intentó empujarlo, pero al tocarlo su resistencia desapareció. Su deseo por el era más grande que sus escrúpulos. Peter intentó colocarse aún más cerca; una operación complicada ya que no parecía querer separarse de ella ni un centímetro. -Puedes encenderme con un beso, gatita susurró, sin aliento.
No me gusta este peter machista 😤 :(
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ReplyDeletemas :)
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