Thursday, December 3, 2015

capitulo 48

A1 principio, hacerse pasar por Marianela había sido un juego. Una trampa para una joven que llevaba una vida aburrida. Y tampoco podía culpar a Marianela por haberla convencido de que tomase parte en aquella mascarada. Su gemela no sabía que Peter había enviado los billetes para vengarse de una mujer a la que creía una buscavidas.
Y ella había temido contarle la verdad no solo por su hermana, sino porque...- se había enamorado de él. Solo cuando reconoció el absoluto desprecio de Peter se dio cuenta de lo inexcusable de su comportamiento. Como tanta gente, Peter no soportaba a los mentirosos. Y Lali no se había sentido más triste en toda su vida.
A las puertas de la iglesia, cuando el fotógrafo terminó su tarea, Rama se acercó. -Tengo una sorpresa para ti -le dijo al oído.
Lali se volvió, pero su cuñado y su hermana se dirigían al coche y solo cuando entró en el hotel donde iba a celebrarse el banquete, descubrió cuál era la sorpresa. La primera persona que vio nada más entrar en el salón era... Peter.
Con el traje oscuro que resaltaba sus poderosos hombros y la camisa blanca que acentuaba el bronceado de su piel, estaba increíblemente guapo. Pero lo que más sorprendió a Lali era que Rama estaba charlando con él con toda tranquilidad, como si fueran viejos amigos.
-Cuando Rama llegó a la iglesia, te vio en la puerta con Peter y antes, de que se fuera habló con él. Rama está intentando hacer de Cupido...es increíble.
-Si, bueno...-murmuró ella.
Lali sabía por qué lo hacía. Rama conocía la noticia de su embarazo, algo que aún no le había contado a su hermana.
-Y no me lo ha contado hasta ahora, cuando oíamos en el coche -rió Marianela-. Los hombres son increíbles. Nosotras nos agobiamos por ellos y ellos se ponen a hablar de deportes.
Una de las damas de honor puso una copa en otra la mano de Lali, y en ese momento, los brillantes ojos verdes de Peter se clavaron en ella.
-Esto es una sorpresa -murmuró Lali - y él se acercó.
Peter levantó una ceja.
-¿Sí? Los problemas de Nicolas parece que han terminado, pero tu cuñado sabe de lo nuestro. Aunque quisiera, no puedo marcharme...
nuestra situación.
-Lali levantó la barbilla, mirándolo con sus ojos negros.
-Puedes marcharte cuando quieras.
-De modo que era por el niño. ¿Qué podía ser? Pocos hombres querían verse comprometidos tras un simple revolcón. Al menos, estaba siendo sincero, se dijo a sí misma. Ella no había querido quedarse embarazada y él tampoco estaba interesado. De hecho, Lali se sentía como una adolescente al pensar en el niño que estaba creciendo dentro de ella.
Peter tomó su mano e intentó llevarla aparte.
-Hablaremos más tarde -murmuró, sombrío. Después, le quitó la copa de la mano-. Creo recordar que no debes beber alcohol en tu situación.
-¿Quieres callarte, por favor?
-Disculpa. Pero en este momento no puedo pensar en otra cosa.

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