capitulo 49

Lali y Peter se dirigieron a la mesa. Cuando pasó a su lado, Marianela la tomó de la mano, con una sonrisa. -Felicidades. Me alegro mucho por ti.
-¿Qué quieres decir? -preguntó Lali, sorprendida.
-Naturalmente, he informado a Rama de mis intenciones -dijo Peter.
-¿Qué intenciones? ¿Y por qué has hablado con Rama?
-Ya lo puedes imaginar. Rama es tu pariente masculino más cercano, de modo que era a él a quien debía decírselo -contestó Peter, como si fuera lo más natural del mundo-. Pero nunca antes me había percatado de la diferencia que hay entre tu cultura y la mía. Si
Rama fuera de
Guatemala, no habría esperado a que fuera yo quien le diera explicaciones. Me habría exigido que me casara contigo, sencillamente. -Peter... ¿qué estás diciendo?
-Que nos casaremos en cuanto sea posible. -¿Qué esperabas?

EN el mismo instante, Rama se levantó para hacer un discurso. Pero Lali no podía dejar de mirar a Peter.
Era raro que una proposición que habría recibido con alegría unos días antes la llenase de humillación. En aquel momento entendía que Roger y él hubieran estado charlando tan amigablemente. Peter ni siquiera había pedido su mano. Sencillamente, decía que iban a casarse porque lo consideraba su obligación. -No, gracias.
En ese momento, Rama estaba brindando por el compromiso de la hermana de Marianela y Lali se puso colorada cuando todo el mundo los miró. Nadie parecía darse cuenta de su agonía.
-Vamos a bailar -dijo Peter cuando terminaron de comer.
-No quiero -contestó ella.
-Te estás comportando como Euguenia murmuró Peter, mirándola con desaprobación.
Lali se puso colorada y tuvo que luchar contra la tentación de ponerse a llorar. Peter tiró de su brazo. Su aroma familiar hacía que el pulso de Lali se acelerase. Le temblaban las piernas -mientras él la tomaba por la cintura.
-¿Me estás diciendo que no? -preguntó entonces Peter-. Si estuvieras en mi cama en este momento, la respuesta sería muy diferente, gatita.
-Eso es lo que tú crees...
-Lo sé. Tu deseo por mí es lo único sincero en ti.
-De acuerdo. Debería haberte contado la verdad mucho antes...
-Todo lo que me has contado han sido mentiras -la interrumpió él.
-Tenía miedo de que causaras un problema antes de la boda de mi hermana -se defendió ella.
-Pobre Lali, sacrificándose por su hermana - dijo Peter, irónico-. ¿No es curioso que en vez de convertirte en mi amante estés a punto convertirte en mi mujer?
-Lali lo veía todo rojo. ¿Cuántos insultos iba a poder que soportar?
-No sería tu amante aunque me pagases.