Thursday, February 4, 2016

capitulo 5

La inesperada revelación fue como si le hubieran dado un puñetazo. Se lo quedó mirando horrorizada con los suaves labios entreabiertos y la palidez de su rostro acentuándose por momentos. Peter la estudió como un gato estudia a su presa antes de dar el zarpazo final. Sin mediar palabra, le alargó la hoja de papel con las cifras. Con mano temblorosa, Lali la agarró. Los mismos nombres y cifras que la torturaban día y noche le bailaron ante los ojos, haciendo que el estómago le diera un vuelco. -Seguridad me la entregó esta mañana. Se hacen chequeos periódicos a todo el personal -le informó suavemente. -Me estás echando -dijo, bamboleándose levemente. Peter le acercó una silla. -Siéntate, Lali. Lali se sentó ciegamente antes de que las piernas cedieran bajo su peso. Estaba dispuesta a explicarle cómo, debido a una serie de malentendidos e inconvenientes, se había suscitado una situación que no era culpa suya en absoluto. -No tengo el menor interés en escuchar una historia lacrimógena -dijo Peter con toda la calma del mundo mientras se apoyaba relajado contra su mesa. -Pero yo quiero explicarte... -No hay necesidad de que expliques nada. Las deudas de ese estilo son fáciles de comprender. Te gusta vivir por encima de tus posibilidades y te gusta hacer fiestas... Horrorizada de que supiera sobre esas vergonzosas deudas a su nombre y su igualmente vergonzosa incapacidad para pagarlas, Lali comenzó a hablar. -¡No! Yo... -Si me interrumpes otra vez no te ofreceré mi ayuda -interrumpió Peter mordiendo las palabras. Lali hizo un esfuerzo por comprenderlo. Echando su rizada cabeza hacia atrás, se lo quedó mirando con la boca abierta. -¿Ayuda? -Estoy dispuesto a ofrecerte otro tipo de empleo, pero si aceptas el papel, tendrás que trabajar mucho y hacer un gran esfuerzo. Cada vez más sorprendida, pero dispuesta a agarrarse a un clavo ardiendo con tal de no quedarse sin trabajo, Lali asintió con la cabeza enfáticamente. -No temo al trabajo duro. Obviamente, pensaba bajarla en el escalafón. ¿Qué era menos que auxiliar administrativo? ¿Fregar suelos en el comedor de la empresa? -No estás en situación de rechazar mi oferta -dijo Peter, echándole una mirada relampagueante. -Ya lo sé -reconoció ella con humildad, avergonzándose porque Peter nunca le había gustado. Lo había juzgado mal. Aunque tenía motivos para echarla, estaba dispuesto a darle otra oportunidad. -Alejo no se encuentra bien. El cambio de tema la desconcertó, haciendo que la tensa cara se turbase. -Por lo que dice en sus cartas, todavía no se ha recuperado del catarro que tuvo en la primavera. -Tiene el corazón débil -dijo Peter serio. La noticia era lo último que le faltaba. Las lágrimas le arrasaron los ojos y rebuscó en el bolsillo de la falda un pañuelo de papel. La terrible noticia explicaba el comportamiento de Peter. Podía no gustarle ella y no aprobar su amistad con Alejo, pero respetaba el cariño que su padrino le tenía. Sería por eso que no aprovechaba para humillarla más. -Con la edad que tiene, no podemos pretender que viva eternamente -dijo entredientes, incómodo porque ella mostrase sus emociones. -¿Vendrá a Londres este verano? -preguntó Lali, después de sonarse la nariz e inspirar profundamente para recuperar la compostura. -No lo creo. Entonces no lo vería más, se dio cuenta con tremendo dolor y lástima. La lucha por pagar las deudas de Petra hacían que un viaje a España resultase impensable. -Ha llegado la hora de que vayamos al grano -dijo Peter con evidente impaciencia-. Yo necesito un favor y a cambio, estoy dispuesto a pagarte las deudas.

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