Friday, February 5, 2016
capitulo 6
-Pagarme las deudas... ¿Qué favor? -repitió Lali. ¿Cómo podía el hecho de trabajar para el
Banco lanzani ser un favor?
Peter caminó hacia el ventanal.
-Probablemente Alejo no viva mucho ya -dijo con dureza-. Su deseo más ferviente ha sido
siempre que yo me casase. Actualmente no tengo ninguna intención de satisfacer ese deseo,
pero me gustaría mucho hacerlo feliz con una mentira piadosa.
¿Una mentira piadosa? La incomprensión de Lali crecía por momentos.
-Y ahí es donde me puedes ayudar -le informó Peter secamente-. Tú le gustas a Alejo. Es
muy tímido con su sexo y, como resultado, sólo le gusta cierto tipo de mujer. Tu tipo. Alejo se
pondría hecho unas pascuas si yo le dijese que nos hemos comprometido.
-¿Nos hemos...? -Lali comenzó a levantarse de la silla, como si con ello pudiese comprender
mejor.
-Tu trabajo sería hacerte pasar por mi novia. Un acuerdo privado, se entiende. Harías sólo tu
papel en España para Alejo.
Los oídos de Lali zumbaron, le pareció que se le vaciaban de repente los pulmones, la
incredulidad la tenía totalmente paralizada.
-Me estás tomando el pelo -dijo mirándolo con los ojos como platos-. ¿Yo, simular que estoy
comprometida contigo?
-Alejo se lo creerá. La gente siempre está dispuesta a creer lo que quiere creer -afirmó Peter
cínicamente.
-Pero nadie creería que... que tú y yo... -una delatora ola de color le subió de la garganta
invadiéndole las mejillas-. ¡Quiero decir, es tan increíble!
-Es entonces cuando tu esfuerzo y trabajo darán frutos -Peter la estudió otra vez como
evaluándola, las cejas fruncidas-. Mi intención es hacer esta charada lo más creíble posible.
Puede que Alejo sea ingenuo, pero no es imbécil. Sólo cuando acabe de convertirte en una
estilizada y elegante Lali Esposito, Alejo se convencerá totalmente.
A Lali le pasó por la mente que Peter había estado bebiendo. ¿Una estilizada Lali?
-Peter, yo...
-Sí, suponía que estarías agradecida -descartó Peter con arrogancia y una luz de sarcasmo en
los ojos-. Supongo que no te podrás creer tu buena suerte...
-¿Mi buena suerte? -interrumpió Lali trémula, preguntándose cómo un hombre tan famoso por
lo perceptivo podía haber interpretado tan mal sus reacciones.
-Un asesor de imagen, un vestuario nuevo, todas tus deudas pagadas y un viaje gratis a
España -enumeró Peter con fría precisión-. Es más que buena suerte... considerando tu
situación, es como encontrar petróleo en un páramo. Y no te lo mereces. Créeme, si hubiese
tenido una novia ficticia alternativa, a ti te habría despedido esta mañana.
-Yo era tu única opción -dijo Lali con voz trémula. ¿Cómo se atrevía a hacerle comentarios
tan personales sobre su figura? Claro, bastaba mirarlo. ¡Delgado, en forma y perfecto,
probablemente jamás había tenido que cuidarse la línea en toda su vida de niño malcriado!
-Eso no importa ahora. Supongo que serás capaz de guardar un secreto.
-¿Un secreto? -preguntó Lali, sintiéndose mareada.
-Muy sencillo. Le llegas a contar a alguien este acuerdo y yo te entierro -murmur Peter con frialdad.
-No me causa ninguna gracia.
-No pretendía hacerlo. Es una advertencia. Y ya llevas suficiente tiempo aquí. En cuanto salgas
de esta oficina, puedes limpiar tu mesa e irte a casa. Ya te llamaré esta noche para ultimar
detalles. Lali levantó la barbilla. La arrogancia con que él suponía que ella haría lo que él dijese,
aunque fuese algo inmoral o desagradable la enfadó, cosa rara en ella.
-Tome la decisión que tome, estoy despedida, ¿correcto?
-¡Qué rápida de entendederas! -se burló Peter-. Eres tan torpe que no puedes hacer funcionar
nada que tenga enchufe, pero lees a Nietzche y Platón en tu tiempo libre. Según Alejo, tienes
un cerebro privilegiado, sin embargo nunca le das uso. Nunca se te ha ocurrido emplearlo para
trabajar.
Las pestañas se abatieron sobre los enormes ojos chocolate.
-¿Cómo?
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