Friday, February 5, 2016

capitulo 7

-Eso es porque eres desorganizada y perezosa y consigues dar la imagen de que eres estúpida. ¡Sólo que conmigo esa fachada no funciona, señorita! Lali se quedó atónita ante su grosería y atrevimiento, aunque también quiso preguntarle cómo era que Alejo le había dicho que tenía un cerebro privilegiado. Sin embargo, la rabia pudo más que esa pequeña chispa de placer y curiosidad. -¡Si me puedo considerar despedida, entonces, soy libre de decirte lo que pienso de ti también! Peter esbozó una lobuna sonrisa de aliento. -¡Adelante! Conque la mosquita muerta tiene también coraje... Pero te advierto, te responderé con la misma moneda. Con los dientes casi castañeteándole por la fuerza de sus emociones incontroladas, Lali se elevó toda su insignificante altura. -¡Eres el ser humano con menos escrúpulos -siseó- que he conocido! ¿No se te ha ocurrido nunca pensar que yo pueda tener prejuicios y no quiera engañar cruelmente a un adorable viejecillo que se merece algo más del hombre al que ama como si fuera su hijo? -Tienes razón. No se me había ocurrido -confesó Peter, sin atisbo de incomodidad o remordimientos-. Considerando que estás a punto de que te denuncien por obtener bienes y servicios por medios fraudulentos, no me impresionan en lo más mínimo tus supuestos prejuicios. Lali se encogió y se puso lívida. -¿Denunciarme? -repitió, anonadada, los ojos fijos en él con la esperanza de haber oído mal. -Dios mío -levantó Peter una ceja-. ¿Tampoco has leído la hoja que te acabo de dar? La diseñadora de interiores, Leticia Zane, está dispuesta a llevarte a juicio, probablemente para desalentar a otros clientes que piensen utilizar sus servicios sin tener la más mínima esperanza de pagar por ellos. Eres una buena elección. -¿Una buena elección? -No tienes amigos influyentes que se ofendan y le arruinen el negocio. -Pero... un juicio... -se le heló la sangre en las venas sin poder creer lo que oía. La decoradora de interiores sabía muy bien que todo el trabajo había sido para Petra. Lali sólo se había encargado de dar las instrucciones. -Los delirios de grandeza tienen su precio, como todo lo demás -suspiró Peter -No tengo todo el día para esperar que te decidas. Lali lo miró con los ojos llenos de lágrimas. -¡No podría mentirle a Alejo, estaría mal! -sollozó. -Mi compromiso contigo es lo único que lo haría realmente feliz. ¿Qué derecho tienes a juzgarlo malo inmoral? Ni sabrá que es una mentira. Estará encantado. Pretendo dejarte con él unas semanas, suponiendo que él esté suficientemente bien como para que yo me separe de su lado. -¡No podría! -se dirigió Lali a la puerta, incapaz de ver a través de las lágrimas- ¿Cómo puedes planear algo así? -Por Alejo, haría cualquier cosa. Te llamaré esta noche para recibir tu respuesta. Supongo que para entonces estarás más calmada. Lali abrió la puerta de golpe y le echó una mirada acusadora. -¡Vete al infierno! Sólo cuando cerró la puerta se dio cuenta del grupo de empleados que la miraban boquiabiertos. -¿Estás bien, Lali? -preguntó Bruce Gregory con amabilidad. Uno de los directores le pasó el brazo por los hombros de una forma muy paternal. -Ya te encontraremos un trabajo en otro lado. -¿Has pensado en dedicarte a la cocina? Eras una cocinera genial -dijo alguien. -Imagínate. Mandar a Peter al infierno. -Después de eso no permitirá que Personal le dé una buena recomendación. Todos los empleados de la planta parecían estar allí. -Intentó chantajearme -murmuró Lali. -¿Qué dices?

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