Wednesday, February 3, 2016
capitulo 85
-No era nada tonta -replicó Peter-. ¿Acaso son celos lo que me parece
detectar en tu voz?
-Yo no soy celosa -mintió Lali, y recuperando por un instante los aires de Reina
de Hielo que había abandonado aquellos días, se levantó de un salto de la cama-. Creo
que iré a darme una ducha.
En el vuelo que les llevó de regreso a Londres, Lali no dejaba de mirar la nueva
alianza de platino que relucía en su dedo. Peter le había regalado también un anillo
con un zafiro rodeado de diamantes.
-¿Es una anillo de compromiso? -le había preguntado asombrada.
-Es un regalo -había sido la respuesta de Peter.
Aunque resultaba evidente nada más ver aquel dedo que estaba casada y bien
casada, Lali echaba de menos que hubiera hecho alguna alusión a tener niños o algo
por el estilo... Se le ocurrió que quizá no quisiera tenerlos con ella al recordar que
había tomado las precauciones necesarias para evitarlo.
Se separaron al llegar al aeropuerto.Peter se dirigió al Edificio Lanzani
mientras que ella se marchó directa al apartamento. Apenas hubo llegado se fue
derecha a su guardarropa para intentar encontrar la lista en alguno de los esmóquines
allí guardados, pero no lo logró.
Peter la llamó a la hora de comer.
-Ha surgido un imprevisto, así que llegaré muy tarde esta noche.
-No te preocupes -le tranquilizó Lali-. Ya encontraré algo con lo que
entretenerrne.
-¿Con qué? -le preguntó Peter de inmediato.
-No sé, ya se me ocurrirá algo -replicó juguetonamente.
-Espero que no hagas nada de lo que luego puedas avergonzarte... -le advirtió
Peter medio en serio medio en broma.
-Piensa el ladrón que todos son de su condición -continuó burlona.
Lali le echó de menos mucho más de lo que creía, y se sintió muy decepcionada
cuando se despertó a la mañana siguiente y descubrió que él no había regresado
todavía.
Cuando se sentó a desayunar, se encontró encima de la mesa un precioso ramo de
lirios. Te echo demasiado de menos, rezaba la tarjeta. Justo entonces sonó su
teléfono móvil.
-Gracias por las flores -contestó, pues sabía que sólo Peter tenía aquel
número-. ¿Dónde estás?
-En la oficina. Anoche tuve que hacer un viaje imprevisto. Cuando regresé era
demasiado tarde... o temprano, y no quise despertarte.
-La próxima vez, no dejes de llamarme -le pidió Lali.
-¿Qué llevas puesto, agape mou?
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