Wednesday, February 3, 2016
capitulo 84
-Puede que pronto consiga que no lo sea -la interrumpió, y agachándose selló
aquella promesa con un beso.
Lali sintió que la tierra temblaba bajo sus pies. Aquel era el único aspecto en
el que, sin duda, Peter llevaba la voz cantante. Él lo sabía y se aprovechaba de ello...
y ella lo aceptaba de buen grado, porque era la única forma de alimentar la pasión
devoradora que crecía en su interior. También aquellas eran las únicas ocasiones en las
que le podía mostrar el cariño que sentía por él, sin temor a revelar lo mucho que lo
amaba. Estaba atrapada, definitivamente ligada por siempre a aquel hombre; y así, en
cuanto él la abrazó, abrió las compuertas a la emoción tanto tiempo retenida. Y él no le
dio el menor motivo para sentirse decepcionada, pues respondió en igual o mayor
medida que ella.
Sin dejar de besarla, Peter le desabrochó la parte de arriba del bikini, y
empezó a acariciarle los pezones, primero con las manos, con los labios después. Lali
estaba tan excitada que casi no podía respirar. Retirándose un poco, él le quitó la
braguita del bikini, contemplando extasiado su cuerpo desnudo.
-Me encanta excitarte -murmuró roncamente. Poco a poco la obligó a tenderse,
sin dejar de acariciarla, lenta, apasionadamente. Cuando se dio cuenta de que Lali no
podría resistir mucho más, la levantó en brazos para Ilevarla al dormitorio.
Una vez allí, no tardó ni un segundo en despojarse de los pantalones cortos.
-¡Peter... ! -le urgió Lali en voz muy baja. Atendiendo a su llamada, él la
poseyó intensa, vorazmente, asombrándola como siempre con la fuerza de aquel deseo
que parecía dominarlo por completo. Cuando por fin alcanzaron el éxtasis sintió que le
había dado hasta la última gota de su ser.
-¿Has estado enamorada alguna vez? -le preguntó Peter cuando todo hubo
terminado.
Lali se quedó muy sorprendida de que él sacara precisamente en aquel
momento semejante conversación.
-Sí -admitió al fin.
-¿Y qué pasó?
-Er... pues que él no me quería -respondió incómoda-. ¿Y tú?
-Una vez...
-¿Y? -Lali estaba más que intrigada.
-Caí en las redes de una feminista militante que esperaba demasiado de los
hombres. Pensaba que yo era bueno en la cama, pero nada más.
-¡Qué tonta! -exclamó Lali impulsivamente. No podía soportar la idea de que él
se hubiera enamorado de otra antes de conocerla, y mucho menos que la mujer que
había elegido no le mereciera en absoluto.
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