Saturday, May 23, 2015

capitulo 12

-¡No son tonterías! ¿Qué quiere de mí? ¿Quiere que le pida perdón? Muy bien, pues se lo pido. Perdón por haberle gritado por conducir su motocicleta como un loco. Perdón por interrumpir su importante reunión... ya está... eh... majestad -dijo Lali abriendo la puerta y perdiéndose dentro de la nueva estancia.
Peter se apresuró a seguirla.
-¡No te muevas! -murmuró-. Debes hacerme caso cuando te hablo.
-¡Eso va contra las normas! -se defendió Lali.
-¿Qué normas? -rió Peter.
-Las normas del castillo. Se supone que el personal de servicio debe desaparecer cuando usted aparece...
-No cuando yo quiero hablar con uno de ellos -la interrumpió Peter.
-Me va a meter usted en un buen lío... nadie sabe que nos hemos conocido el otro día y yo no quiero que se enteren.
-No hay problema -contestó Peter abriendo una puerta que había a su derecha-.
Hablaremos aquí.
Lali tomó aire y entró en una sala de reuniones elegantemente amueblada.
-¿Por qué quiere hablar conmigo?
Peter pensó que jamás había oído una pregunta tan rara.
Era obvio que a cualquier hombre le gustaría hablar con aquella belleza de piel cremosa color marfil y perfil de una elegancia y perfección maravillosas.
La falta de vanidad y la ingenuidad de aquella mujer lo sorprendieron sobremanera. Estaba acostumbrado a que todas las mujeres se interesaran por él, algunas, de forma directa, otras, de una manera más sutil. Si él mostraba el más mínimo interés por alguna chica, se deshacían en cumplidos y se ponían a sus pies.
-¿Por qué no le has contado a nadie que nos conocemos?
Lali fijó la mirada en los preciosos zapatos de Peter.
-Porque se suponía que no tendría que haber estado aquella tarde en la colina.
-¿Y eso?
Lali no sabía qué contestar. No quería admitir que su padre la tenía completamente controlada, pero la alternativa de mentir se le hacía insoportable porque no estaba acostumbrada a hacerlo.
-Te he hecho una pregunta -insistió Peter.
Lali levantó la cabeza.
-No tendría que haber estado aquella tarde en la colina porque a mi padre no le gusta que salga sin su permiso. Además, estaba leyendo una revista y me lo tiene prohibido.
-Perdón, no debería haber insistido -se disculpó Peter al comprender que la había avergonzado-. Sentía curiosidad.
Lali tragó saliva.
-Yo también sentía curiosidad...
Peter se quedó de piedra ante la sincera admisión, pues no estaba acostumbrado a que lo trataran así y pronto comprendió que había sido culpa suya por haber entrado a tratar temas personales.
Se apresuró a recordarse que aquella chica trabajaba pera él y que estaban a solas en una habitación porque era su empleada y confiaba en él, así que no debía aprovecharse de la situación.
Daba igual que la atracción entre ellos fuera mutua.
Lali no podía dejar de mirarlo a los ojos.
-El otro día, me dijiste que alguien había entrado en moto en las tierras de tu padre y las había estropeado. He hecho que investigaran el caso y, efectivamente, un
empleado del castillo ha sido el culpable. Ya se lo hemos dicho y la situación no se volverá a repetir. Nos pondremos en contacto con tu padre para informarle de lo ocurrido y para dejarle bien claro que yo corro con los gastos de lo estropeado.

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