Monday, May 25, 2015

capitulo 26

Lali se moría por sentirlo dentro, pero no tenía ni idea del dolor que iba a acompañar al acoplamiento y no pudo evitar gritar.
De repente, Peter se quedó petrificado y la miró a los ojos con dureza.
-¿Me has mentido? ¿Eres virgen?
Lali se sonrojó, cerró los ojos y no contestó.
Peter la miraba con incredulidad.
-Lali...
-No pares -contestó Lali echando las caderas de nuevo hacia delante.
A Peter le habría gustado poder controlarse, pero era imposible, así que volvió a adentrarse en las profundidades del cuerpo de Lali y siguió dándole placer, levantándole las rodillas y echándoselas hacia atrás para poder penetrarla en profundidad hasta que Lali gritó y jadeó al alcanzar el éxtasis.
Extenuada y feliz, asombrada por su capacidad de gozo físico, Lali apenas podía pensar con claridad tras su primera experiencia sexual.
Peter la abrazó y la besó en la frente y Lali pudo disfrutar de más o menos unos sesenta segundos de paz antes de que Peter la mirara con dureza y la apartara de su lado.
-No me vuelvas a mentir -le advirtió.
Lali, que no estaba preparada para aquel ataque verbal, se quedó mirándolo con la boca abierta.
-¡No ha sido para tanto! -se defendió Lali incorporándose, apoyándose en las almohadas y tapándose con la sábana.
-¿Cómo que no? -exclamó Peter.
-Ha sido una simple mentira...
-¿Una simple mentira? -repitió Peter poniéndose en pie-. Te he dicho que no te
tocaría si eras virgen y me has mentido. Me has engañado y eso no ha estado bien, no ha sido justo.
-Así lo he decidido y debes respetar mi elección -insistió Lali.
-Si me hubieras dicho que eras virgen, yo habría decidido no arrebatarte la inocencia. Acabo de traicionar mis principios -contestó Peter entrando en el vestidor, tomando ropa limpia y metiéndose en el baño.
Lali oyó correr el agua y sintió unas horribles ganas de llorar. El castigo a su mentira había llegado más rápidamente de lo que ella temía.
Le había entregado su virginidad a un hombre que no la quería y que no parecía apreciar el hecho de que se la hubiera dado porque lo juzgara especial.
¿Acaso era especial de verdad?
Lali necesitaba desesperadamente que Peter la consolara, que se mostrara amable y afectuoso con ella y, en lugar de hacer eso, se estaba comportando con ella como si hubiera cometido el peor de los crímenes.
Era cierto que había mentido, pero jamás lo hacía. En esa ocasión, la idea de perderlo, de no hacer el amor con él le había nublado la razón y le había hecho faltar a la verdad.
Peter volvió a aparecer, todavía más guapo que antes, ataviado con un precioso traje gris a medida y Lali se apresuró a desviar la mirada.
-Perdóname por mentirte, pero no pensaba en lo que hacía -se disculpó en voz baja-. Ojala no te hubiera mentido.

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