Friday, May 22, 2015

capitulo 5

Así, en cuanto le había sido legalmente posible, Alejo había hecho que su hija dejara de estudiar y la había recluido en casa para cuidar a su madre y hacerse cargo de los quehaceres domésticos.
Durante cinco años, Lali no había salido de casa más que para ir a la iglesia y hacer la compra semanal. A su padre no le hacía ninguna gracia que acudiera a ningún evento social y tampoco le permitía las visitas.
Exactamente un año después de la muerte de su madre, su padre se había casado con Mercedes, una mujer de muy mal carácter cuyo principal pasatiempo era hablar mal de los demás.
En cualquier caso, Lali le estaba agradecida porque ella había convencido a su padre para que la dejara trabajar diciéndole que así habría más dinero en casa.
-A ver si por lo menos esta semana, que está aquí el jeque, lo ves y te alegras un poco la vida -comentó Cande riéndose.
-Para que lo sepas, esta mañana he visto su limusina -sonrió Lali.
-La limusina no es nada comparada con él. Yo solamente lo he visto en un par de ocasiones y, de lejos, pero te puedo asegurar que es el hombre más guapo que he visto en mi vida -contestó Cande, apagando el cigarrillo y escondiendo el cenicero-. Es de esos hombres por los que una cometería más de un pecado.
-Tendré cuidado entonces para no cruzarme en su camino porque no quiero perder mi trabajo.
Cuando la habían contratado, le habían advertido que debía trabajar en el más absoluto silencio y que, si alguna vez se encontraba con el jeque en un pasillo, debía irse a toda velocidad, así que Lali no creía muy probable que pudiera verlo de cerca.
-Si yo tuviera tu cuerpo y tu cara, haría todo lo que estuviera en mi mano para tropezarme con él -bromeó Cande-. Si le gustaras, podría apartarte de todo este mundo y ponerte una casa para ti. ¡Te solucionaría la vida! -exclamó-. Imagínate la ropa que podrías tener, y las joyas, y, además... ¡un hombre impresionante en tu cama! Lali, eres una mujer realmente guapa. Si hay alguien que pueda encandilar al príncipe Peter, ésa eres tú.
Lali la miró sorprendida y se sonrojó.
-Yo no soy así...
-Pues te iría mucho mejor si lo fueras -insistió Cande-. La vida es para disfrutarla y para divertirse. ¡Como no tengas cuidado, al final tu padre va a terminar convirtiéndote en una solterona!
Tras terminar de lavar la vajilla de Sevres, Lali la secó con cuidado a pesar de que sus pensamientos estaban a años luz de allí.
Se sentía muy diferente a Cande porque a ella la habían educado en una casa en la que la única referencia que se hacía sobre el sexo la hacía su padre y siempre diciendo que era «el pecado de la fornicación».
Lo único que le estaba permitido leer era la Biblia y otros textos sagrados y ahora que había tenido acceso a otro tipo de publicaciones, periódicos y revistas, en los que se hablaba de otras cosas completamente diferentes Lali se sentía secretamente atraída por la ropa y los lugares exóticos que había visto en ellas.
Ojala su padre fuera un hombre más razonable.
Ojala le permitiera salir y conocer a gente, como hacían otras chicas de su edad. Lali razonaba que, al fin y al cabo, él tenía que haber salido con su madre antes de casarse y que aquello no podía ser malo, ¿no?
A medida que había ido pasando el tiempo, su padre se había ido haciendo cada vez más irrazonable; hasta el punto de que había discutido con los parroquianos en la iglesia y había decidido dejar de ir, prohibiéndoles a Lali y a Mercedes que lo hicieran.

3 comments:

  1. el papa de lali esta loco pobrecita vivir asi

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  2. esta candela es tremenda pero con ese bombon quien no jajjjaaj

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  3. Ay cande dándole los mejores consejos

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