Tuesday, May 26, 2015

capitulo 36

-Tengo mis contactos -contestó Peter-. ¿Estás bien? -añadió mirándola con el ceño fruncido-. Estás muy pálida.
-¿De verdad? Será por esta luz... ¿a qué has venido?
-A verte.
Lali se cruzó de brazos, pero los descruzó a toda velocidad porque aquella postura le marcaba la tripa.
-¿Y eso?
-Te dije antes de que te fueras que estuvieras en contacto y no sabía nada de ti. Estaba preocupado. Te llevo a casa.
-No, no hace falta.
-Claro que hace falta. Estás temblando de frío.
Lali se dio cuenta de que era cierto, de que su ligero abrigo no impedía que el frío de la noche entrara en su cuerpo. Tenía frío, estaba cansada, le dolía mucho la espalda y de todo aquello tenía la culpa Peter.
Entonces, ¿por qué demonios estaba intentando esconder la tripa precisamente del hombre que la había metido en todo aquello?
Con un movimiento repentino que tomó a Peter por sorpresa, Lali se deslizó a su lado y subió a la limusina, donde se sintió muy a gusto porque se estaba muy calentita.
-Podríamos cenar en mi hotel -propuso Peter.
-Tengo que ir primero a casa... -contestó Lali dándose cuenta de que prácticamente había aceptado su invitación.
Era desconcertante, pero lo cierto era que su boca trabajaba más deprisa que su cerebro. Sin comentar nada más, Peter le pidió su dirección y se la comunicó al chofer.
Mientras lo hacía, Lali lo miraba de reojo, sin perder detalle de lo bien vestido que iba. Desde luego, aquel hombre parecía recién sacado de una revista de moda.
Era increíblemente guapo, el pecado personificado. No era de extrañar que Lali se hubiera enamorado perdidamente de él y se hubiera metido en su cama.
-Tardo diez minutos -dijo al llegar a casa.
Al ver el barrio tan lúgubre en el que vivía, Peter tuvo que hacer un gran esfuerzo para no ofrecerse a acompañarla. Por supuesto, lo que sí hizo fue dar instrucciones al guardaespaldas que iba en el asiento del copiloto, que a su vez se puso en contacto con el equipo de seguridad que viajaba en el coche de atrás.
Peter tomó aire lentamente y se dijo que Lali había cambiado mucho físicamente. Seguía siendo increíblemente guapa, pero estaba pálida, tenía ojeras y estaba horriblemente delgada.
Parecía enferma.
Lali le puso la cena a Squeak dándose cuenta de que no había marcha atrás, decidida a contarle a Peter que iba a ser padre, y no lo iba a hacer porque le pareciera lo correcto o porque fuera una tontería sentirse humillada por un embarazo del que él era responsable.
No, le iba a decir que estaba embarazada para fastidiarle el día. Sí, era una venganza infantil y rabiosa, pero así era como se sentía.
De repente, se encontró preguntándose con cuántas mujeres habría estado en los últimos siete meses. Seguramente, habría salido con mujeres de su condición social y no con doncellas de la limpieza que solamente servían para practicar sexo.
Aquel pensamiento no hizo ningún bien a su ya de por sí vapuleada autoestima.
Lali estaba convencida de que, mientras ella hacía grandes esfuerzos por sobrevivir, Peter debía de haber estado pasándoselo en grande. Aunque la gente decía
que siempre que iba a Strathcraig llevaba una vida muy sencilla y que no hacía más que trabajar y dedicarse a obras de beneficencia.

3 comments:

  1. me encanta la novela mas

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  2. lali su actitud me da risa jajaajjaaj quiero que peter sepa ya que va hacer padre

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